Otra vez, ante la platea, volverá una de las más grandes fábricas de espectáculos del mundo del deporte. La Copa Libertadores siempre ha sido una viuda, criadora de potrancos y bailarines de un fútbol improvisado y melódico. Perpetuamente resignada por la osadía de su vecina transoceánica, Europa mira con aires de superioridad, pero no sin cierta melancolía e incluso envidia, a la alegría del fútbol sudamericano. Los magos gambeteadores, las acrobacias endiabladas y los goles imposibles se erigen como la más dulce distracción para el mecánico fútbol del Viejo Continente.

La actual edición nos ha dejado historias y cruces tan dignos de aplausos como de menciones honoríficas de un fútbol que no se deja de practicar a sol y sombra.

El gol de Solari

Fue contra Sporting Cristal, en El Monumental, cancha de River Plate. Los jugadores millonarios siempre se han jactado de su estilo de juego a la manera rio platense desde aquellos remotos tiempos de “La Máquina de River”. Esta manera homenajeaba a los todavía más pretéritos astros uruguayos que comenzaron la tradición del gusto por el toque, de primeras, cortita y al pie. Se hicieron pan de cada día los zigzagueos frenéticos de jugadores petizos.

Inatrapables para los toscos gigantes de la defensa, dibujaban lazos con sus piernas mientras sus caderas salían y entraban en un movimiento de perpetua congojaba. Finalmente la pelota se escapaba, Dios sabe como, hacia donde el gambeteador deseaba, como en los trucos de magia. Estas impunes danzas paganas terminaban en goles mágicos que parecían mas que de cuento, sacados de la música.

El 20 de abril de 2023, Enzo Pérez envió un balón vertical directo a las nubes. Pablo Solari siguió la trayectoria del esférico hasta que este cayera y sin acomodarla, la disparó con el empeine. La pelota siguió la trayectoria perfecta de un arcoíris: superó la estirada del arquero Solis por arriba y cayó suavemente dentro de la red. No hubo toques rasos, regates o si quiera gambetas. Se podría decir que este hubiera sido un gol prohibido e infestejable para River, de no ser porque en casa de Los Millonarios se puede reemplazar a la manera rio platense por un fútbol menos vistoso si el resultado es un gol de ensueño. De otra forma, es de mala educación.

La menina

De los siete equipos brasileños que han disputado esta edición solo Corinthians no ha sido capaz de pasar a la siguiente ronda de la Libertadores. No es de extrañar que en Brasil se le tenga un cariño especial al balón. Allí no se duda en otorgarle un nombre femenino: la menina.

A la menina se la quiere y se la cuida como es debido. Didí conversaba con ella y fue quien recibió el beso de Pelé cuando este marcó su gol número mil. No se la maltrata como en otros rincones menos considerados del mecánico fútbol moderno, pues ese pecado la convertiría en indomable. En Brasil saben que está viva y que cuando es tratada con cariño, ella obedece. Cinco estrellas en el pecho de la Canarinha abalan la certeza de esta afirmación.

La obligación de perder

Para el Deportivo Pereira de Colombia, llegar a la fase de grupos de la libertadores fue como coronar el Everest. Se sabe, por regla no escrita, que para este tipo de equipos es suficiente premio el poder decir con orgullo que ha estado presente en el más grande torneo del continente. Sin embargo, hay otras de estas escuadras inconformes con el escueto vals que le han adjudicado. En consecuencia, cometen la desfachatez de intentar bailar la pieza principal, burlando así a la intransigente suerte que el destino tenía preparado para ellos.

El Deportivo Pereira, ligero de plata en las vitrinas y con un fútbol atrevido, se ha zafado de su suerte, convirtiéndose así en el estandarte del más puro fútbol criollo que un día se levantó contra el rígido estilo inglés. Hoy, ese estilo sigue siendo pecado aun desde los ojos de los más grandes conjuntos del continente. Este humilde equipo luchará delante de la platea para recordarle a la Libertadores cual es la esencia del fútbol sudamericano: el descaro de un pulgarcito convencido de que puede convertirse en gigante.

Por telee04

Aspirante a comentarista. Fútbol champagne por bandera. "Non ridere, non lugere neque detestari, sed intelligere" Instagram: telee_04 Twitter: @_ErTele_