Spider-Man: Cruzando el Multiverso

El nuevo filme animado de Sony ha recaudado 208 millones de dólares en su primer fin de semana, reavivado la ‘marca Spider-Man’ y logrado una buena aceptación entre la crítica especializada

Se revelaba en redes sociales hace unos días que la escena persecutora más ambiciosa de Spider-Man: Cruzando el Multiverso tardó cuatro años en hacerse. Inherentemente, el resultado del trabajo duro ha sido cuanto menos palpable: la nueva película animada de Sony colaborando con Marvel no deja lugar a las cavilaciones de los espectadores, porque pese a sus errores más omnímodos logra eficazmente que el cinéfilo promedio conecte con su ambiciosa trama, su bellísimo apartado visual y los tan innovadores como variopintos elementos distintivos por los que han apostado los cineastas a cargo del proyecto. Spider-Man: Cruzando el Multiverso es, en definitiva, un filme onírico que deja un mensaje clave a modo de moraleja: «no juzguen jamás a un libro por su portada».

Con Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson dirigiendo conjuntamente la batuta directoral, Sony ha obtenido una pulquérrima cinta que rompe con la lógica al conseguir lo previsiblemente imposible: que el espectador se olvide de que está asistiendo a un evento animado y, por ende, de las limitaciones que esta clase de películas suele padecer. A ello se le suma el tan arduo como sobresaliente trabajo de guionización, llevado a cabo por Phil Lord, Christopher Miller y Dave Callaham, que encalla al filme en un argumento madurísimo -aunque no excelente- capaz de ensimismar al espectador de principio a fin.

Spider-Man: Cruzando el Multiverso apuesta por lo frenético y lo colorido para brindar un producto que se sabe fresquísimo

Spider-Man: Cruzando el Multiverso es inefable, cuando no un estallido de una enorme suerte de colores comiqueros que traslada al espectador a las páginas de las historietas. Este filme no sólo se inspira en los cómics, sino que los vivifica con una pasmosa sencillez. De ahí probablemente las múltiples transiciones en las que las grapas más famosas de cada Spider-Man hacen acto de presencia.

Asimismo, la producción aboga por perfeccionar todo aquello que hizo bien su predecesora, Spider-Man: Un nuevo universo. Un conservadurismo primorosamente innovador. Cuando la fórmula es eficaz, rara vez lo revolucionario gusta, y esta película es una fehaciente prueba de ello.

Las escenas de acción en general, y aquellas en las que el balanceo -India- se hace muy presente en particular, son todo un deleite visual. Su componente frenético tampoco empaña su visibilidad, adquiriendo éstas la hermosa sensación de estar construidas a partir de sucesivas viñetas extraídas de un cómic esbozado con un mimo parental. De nuevo, las historietas siendo el mascarón más visible y la fuente inspirativa del filme.

Spider-Man: Cruzando el Multiverso o cómo animar un impactante dilema moral

La trama de Spider-Man: Cruzando el Multiverso quizá no sea la historia más fantasiosa que haya creado la humanidad, pero el dilema ético que busca plantear extrae el lado más empático de cada uno. Elegir entre dejar morir a tu padre, a punto de convertirse en capitán del departamento de policía neoyorquino, o salvarlo subvirtiendo así el multiverso al completo. O a todos o a quien amas, cinéfilo conflicto moral tan recurrente como efectivo que en esta ocasión tampoco es excepción.

Y esa misma crudeza dramática es fiel prueba de que este filme rehúye la puerilidad, apostando por cuestiones tan maduras como a veces impropias para un infante. Animación no equivale a guionizar falto de sazón, y Sony ha aprehendido enteramente esto último.

Además, Sony acierta plenamente apostatando del mayormente putrefacto fan service. Spider-Man: Cruzando el Multiverso es una gran película que aboga por diminutos cameos a los que se les arrebata cualquier clase de protagonismo, encontrando así un fuerte equilibrio entre frescura -novísimos personajes- y nostalgia -enraizada en el tan breve como emotivo regreso de, por ejemplo, Spectacular Spider-Man o la aparición del Spider-Man de Insomniac Games-.

Sin embargo, la trama padece un defecto ineluctable. En aras de cimentar una fuerte transparencia con la audiencia, Sony aclaró que los 140 minutos del largometraje correspondían solamente a una primera parte, pero ello finalmente provoca hastío en un espectador que está más pendiente de conocer en qué intrigante momento la pantalla se ennegrecerá malévolamente que de disfrutar los últimos coletazos de la película.

Spider-Man: Cruzando el Multiverso es una película para quienes rebeldemente disfrutan más de un gran filme innovador que de un acólito más del seguidismo

La mejor parte, la vistosísima animación, contrasta directamente con una contra omnipresente, o sea, el regusto amargo y machacón que va dejando el conocer que la película será inconclusa.

Puntuación: 4 de 5.

Por Raúl R. Méndez

Sigo creyendo que Jon Nieve debió haberse sentado en el Trono de Hierro. Fan de Hombres G, Taburete y la música pop española en general. Algunos dicen que me asemejo a Peter Parker, aunque juro y perjuro que Nueva York la he recorrido andando. En el estreno de una nueva película de Marvel Studios, estaré en el cine, como también padezco un inevitable amor hacia Star Wars que mana de mi infancia. Vi ganar un Roland Garros a Rafael Nadal antes siquiera de saber lo que era un revés.