El trio valenciano impresiona con Gas Lágrima, álbum que supone un verdadero punto de inflexión en el desarrollo de la banda. Formando a lo largo del álbum, un ecosistema sonoro que evoca imágenes con un matiz grisáceo y nostálgico.
Margarita Quebrada son el trío integrado por Nacho López, Mikel Cabanes y Guillermo Juan Montesinos. Surgido en Valencia en el verano de 2019, inicialmente lo formaron Nacho López y Miguel Yubero, a los que después de publicar “Luces” (su primer disco en septiembre de 2020), se unió Mikel Cabanes a la batería. Con la incorporación de Guillermo Juan Montesinos (productor de “Luces”) se completa la formación actual de Margarita Quebrada.
Nacieron con la firme intención de perseguir sonidos basados en los 80’, que luego se encargan de transformar y poner al día dándoles su propia impronta. Una labor que no han parado de llevar a cabo, evolucionando su sonido desde el lanzamiento de Luces y que hemos podido apreciar en sus directos. En cualquier caso, composiciones cargadas de intensidad que danzan entre el post-punk, el synth pop y la new wave, apostando por tonalidades y gamas oscuras, que tienen su reflejo en textos cargados de nostalgia y una cuidada imagen.
En este último lanzamiento, vemos una cara más sintética de la banda, gracias a la productora Duelo a los mandos de los videoclips y con el artista plástico Óscar Carretero, que basa su obra en prótesis humanas, artificiales, con una clara inspiración de la Nueva Carne de Cronenberg. En el aspecto sonoro también está presente con sonoridades mas cercanas a la síntesis modular, aunque no abandonan las guitarras afiladas de Luces.
El álbum empieza con “Azul”, la canción más pop en cuanto a las voces y la instrumental. Las voces hacen un switch en el puente donde podemos apreciar los primeros retazos de los efectos que tendrán estas en el resto del trabajo. El segundo corte es “No se Cuantas Horas” colaborando con Luz Futuro, artista canario que sorprendió en 2020 con su “Falsos Techos”. Las atmósferas ochenteras se hacen eco en este track que da paso a “Miedo”, canción que ya presentaron en el festival online Tártaro en 2021 y que destaca por sus voces distorsionadas, ad libs pegadizos y una guitarra insertada en el el momento preciso para hacerlo explotar.
Pasando a la siguiente parte del disco, donde ya aparece una atmósfera mucho más sintética, nos topamos con el que fue el segundo single, “Otro lado” que cuenta con la presencia de Xenia que hace unos meses nos estremeció con “Ruido-0” y con Merina Gris, que han derretido su sonido en este track, lleno de ritmos bailables y sonoridades vocales salidas de lo convencional. “Llanto gris”, quinto track, confeccionado junto a Marc Henri, integrante del proyecto alterno de Nacho (“Ultralágrima”), representa una melancolía disfrutable, con frases cortas que caen lentamente como dagas.
“Gas Lágrima”, el que fue tercer single y homónimo del álbum, es un canto generacional al baile y la noche como escapada ante la percepción de la realidad, es puro existencialismo “no me reconozco en los ojos de la gente”, repite la letra una y otra vez, en el videoclip podemos ver a personas haciendo gabber, un baile asociado al hardcore techno nacido en Países Bajos que se popularizó en los parkings de las discotecas de La Ruta.
En séptimo lugar tenemos “Descongelada”, cuyas atmósferas recuerdan mucho al live que presentaron en casette y con una performance en directo para YouTube hace dos años. Entrando ya en la recta final aparece “Dentro de mi” junto al rapero Kaixo, esta colaboración representa lo versátiles que pueden llegar a ser las instrumentales de los valencianos haciendo de esta canción una poderosísima mezcla entre rabia y autodestrucción. A continuación, “Odio que me mires”, una de las favoritas y que ejemplifica perfectamente la esencia de este disco, “sentíamos cosas que solo podía explicar la violencia”. El broche de oro a este disco viene de la mano de Blu Boi, un artista valenciano con muchísima personalidad que single tras single ha ido demostrando lo hábil y profundo que puede llegar a ser generando sonidos artificiales, “Tu mitad”, esta canción reflexiona sobre la perdida y el no poder volver a ese lugar que algún día te hizo feliz.
En definitiva, este álbum es un antes y en después, mezcla lo viejo con lo nuevo, experimenta, reflexiona, disfruta de si mismo, pero todo esto sin dejar de lado su potencial bailable y popero. Una gema pulida que saca a relucir el potencial de este grupo con un futuro tan prometedor como ecléctico.