El grupo madrileño Carolina Durante se estrenó en el Wizink Center con un memorable concierto acompañados por Los Nikis; todo unos clásicos del Punk español
Como era de esperar, los chicos de Carolina Durante colgaron el cartel de Sold Out, con casi 10.000 personas llenando toda la pista y una grada. El esperadísimo debut de la banda en el gran escenario del Wizink Center no dejó indiferente a nadie, ofreciendo un poderoso show a la altura de lo esperado. La afamada Rosalía, incluso avisó por Twitter que había plan para el viernes por la noche, siendo muchos los que fantasearon con que acompañase en alguna canción a la banda; aunque finalmente para la decepción de tantos no fue así.
El concierto abrió con la estelar actuación de Los Nikis, quienes volvieron puntualmente de su retiro para deleitarnos con algunos de sus clásicos. Hicieron sonar antiguos temas como Enrique el ultrasur, El imperio contraataca o Por el interés te quiero Andrés, muy queridos por sus fieles y nostálgicos seguidores. En cuanto rabiaron los primeros acordes, empezaron a volar vasos de cerveza por encima de las cabezas de los espectadores, vaticinando un movido y sudoroso concierto. Y es que el show se tornó en varios pogos eternos que hicieron vibrar a los asistentes a golpe de empujones (cariñosos) y sudor; no apto para cardiacos. Ambas bandas, en vista de que esto podía suceder, avisaron por las pantallas previamente al concierto diciendo que tuviéramos respeto por todos.
Tras 50 minutos de Los Nikis, aparecieron los cuatro fantásticos de Carolina Durante, con un aspecto desenfadado y sin apenas nervios, pese a enfrentarse a uno de los escenarios de su vida. La banda madrileña se consagró en este concierto finalmente como uno de los grandes grupos de Punk Rock en el panorama nacional. Diego, el cantante, comentó que se encontraba bajos los efectos de la Cortisona debido a una fuerte afonía que le había estado atacando hacía un par de semanas; y, gracias al medicamento, ofreció un show vocal tan genial y exigente como al que nos tiene acostumbrados. Para comenzar tocaron, como ya es costumbre, su canción Aaaaaa#$!&, perteneciente a su segundo y más reciente disco, siendo un tema ideal para empezar por todo lo alto. Después de esa, y apenas sin pausas entre ellas, hicieron sonar otras 33 canciones que parecían tocar al doble de la velocidad habitual, probablemente por la emoción del momento.
Contaron con varias colaboraciones de primera, complementándose así a ellos mismos. Alicia Ros, de la banda Cariño, saltó al escenario para cantar con ellos Perdona (Ahora sí que sí), canción que en su origen cantaba Amaia junto a los chicos. Además, en este y otros dos temas pudimos disfrutar de la presencia de una segunda guitarra en manos de Elena Nieto, líder de Rock Yawners. Por supuesto, apareció Orslok para cantar el reciente single Casa Kira, en el que sobresalió. Y cómo no, Los Nikis volvieron a hacer gala de su presencia para tocar en conjunto Salvaje Pasión, una canción que los de Carolina Durante versionaron años atrás. En esta canción se celebró por todo lo alto el Punk madrileño y pudimos ver varias muestras de afecto entre los dispares componentes de ambas bandas.
Además de todos estos momentos de desfase máximo y divertimento, la noche contó con otros tres acontecimientos reseñables: Diego, en su afán de movimiento y expresión corporal, sufrió una caída en la canción Necromántico, aunque la salvó con rigurosa profesionalidad. Al finalizar el tema Las canciones de Juanita, el público se quedó cerca de un minuto coreando al unísono una de las frases del tema: “No sonamos mal, sonamos mejor que ayer”, sin duda un momento precioso. Y por último, los desarrapados componentes de la banda tras tanto movimiento desaparecieron del escenario por 5 minutos para volver a él ataviados con un look mucho más institucional, de camisa y corbata, con el que tocaron las últimas cuatro canciones del concierto.
Para finalizar el espectáculo y cerrar el círculo de forma perfecta, tocaron la que fue su primera canción: La noche de los muertos vivientes, tras la cual Diego pronunció unas de las pocas palabras de la noche: “Las cosas han cambiado un poco desde entonces, creo que a mejor”. Después de ellas, miles de aplausos y una generalizada sensación de descanso tras tanta jarana recorrió toda la sala. Habían hecho algo memorable, una auténtica fiesta para los amantes del género.