Marysoul, la loba de España… Marisol Galdón ha demostrado ser mil mujeres en el cuerpo de una escritora, pero sobre todo de una comunicadora. La cultura es su pasión y así lo expone en su vida. Feminista desde pequeña y combativa como siempre, habla de todo. Locuaz, inteligente y genia, se sorprende si se la considera interesante. No entiende de búsquedas, prefiere encontrar. Presenta sus éxitos, los nuevos y los de siempre; y también sus momentos “chungos”. No dejen de aprender con ella, de ella, y no dejen de conocer a Marisol Galdón.
P. Escritora, presentadora, comunicadora, guionista, actriz, discjockey… y en paro.
R. Afortunadamente desde hace poco no estoy en paro, pero cuando he estado, deberíamos preguntar el porqué a los programadores de televisión. De todos modos, las mujeres de más de 50 años lo tenemos jodido para encontrar trabajo, pues da igual si eres profesional, eres buena o estás buena. Es así de triste y es una realidad que sufrimos muchas.
P. Hace un año se viralizó su videocurrículum pidiendo trabajo, ¿qué le llevó a hacerlo?
R. La desesperación, porque no sabía qué más hacer, lo había intentado todo. Presenté todos los proyectos que tenía y nadie me apoyó. No podía seguir viviendo de las prestaciones por derechos de autor y decidí hacerlo. Subirlo a Twitter fue muy arriesgado porque en las redes solo se comparte la felicidad y nunca los momentos difíciles. Lo subí como un vídeo más y a las horas había miles de tweets. Comenzó a sonar el teléfono, me llamaron muchísimos programas y presentadores para hacer entrevistas, pero solo eso. Ver a alguien desnudo públicamente produce morbo y a este país le gusta ver la caída; y si la caída es de alguien que ha triunfado, interesa más. Surgieron propuestas profesionales muy interesantes a corto plazo y otras que no se concretaron. Sin embargo, con los nuevos cursos de comunicación me siento valorada, porque estoy harta de ofrecerme a los medios y que no se interesen por mí. Ahora puedo desarrollarme como comunicadora y eso no me lo han permitido los medios.
P. ¿Qué queda de esa “Marysoul” que despuntó en “Plastyc”, de esa “loba de España”?
R. Queda todo, sigo siendo una fiera, pero ahora más interesante. Soy una persona con más conocimiento porque la vida es un proceso de aprendizaje y me gusta aprender de todo y de todos. Eso me da un poso intelectual y espiritual muy potente. Sin la cultura no concibo la vida y si no hubiese escuchado determinadas músicas ni leído determinados libros, no sería la mujer que soy. La cultura te hace ser más completo.

P. ¿Sigue vigente en su vida el “me río por no follar” como concepto?
R. Eso fue un monólogo que produje en 2017. Llevaba mucho tiempo sin mantener sexo y no encontraba a hombres que me pusieran. Cuando el sexo por el sexo deja de satisfacerte, buscas algo más y no quieres lubricar con el coño, sino con la mente, el corazón y todo tu ser. Sigo riéndome por no follar, me pregunto si soy yo la que no me permito enamorarme, pero no. Quiero a alguien con el que pueda compartir mi ser, no mis tetas y que tenga ganas de aprender y profundizar de verdad, no de metérmela. Yo ya no busco, no hay que buscar, hay que saber encontrar.
P. Empedernida por la novela negra, ha publicado tres libros ¿Qué le aporta la escritura y por qué ese fetiche con el género?
R. Escribo desde niña porque, aunque era muy sociable, me gustaba tener un ratito para mí y para escribir cosas. Cuando escribes, cuentas cosas que no tienes la oportunidad de compartir con nadie. Carl Gustav Jung decía que la persona que vive aislada no lo hace por deseo, sino porque tiene unos intereses que no encuentra con quién compartirlos. Siendo muy joven, ya leía a Montaigne, a Thomas Bernard… y eso no lo podía compartir con nadie. De adolescente me gustaban Virginia Woolf y Simone de Beauvoir porque tenía unas profesoras que me inculcaron el feminismo. Sobre la novela negra, he de decir que no soy muy lectora, pero tras leer la saga de Ripley de Patricia Highsmith comencé a escribir con la intención de darle su merecido a Tom Ripley y la novela derivó en ¡Mátame! Escribir es algo que haces tú en tu intimidad, siempre me apetece y me pone, será porque no tengo sexo, ¡es como una paja literaria!, pero mejor porque dura más.
P. Se cumplen 30 años de “Peligrosamente Juntas” ¿cómo lo recuerda?
R. Cuando el archivo de Radio y Televisión Española difunde el programa me hace mucha ilusión, pero también me provoca tristeza. Es un programa que no ha envejecido y sigue siendo muy moderno. El plató se usaba cada semana como expositor y poder hablar con Luis García Berlanga, Pilar Miró… era apasionante. Ese programa es una lección de modernidad que no pretendíamos dar. Era un programa con imaginación, creatividad y talento. El talento está infravalorado y nos rodea mucha mediocridad. La mediocridad facilita el mínimo pensamiento y la poca exigencia. La mediocridad nos empobrece como sociedad porque cuanto más crítica y exigente es la sociedad, más elevamos el listón y más arriesgamos. Cuando era pequeña, todos los programas tenían actuaciones musicales y había entrevistas que, pudiendo ser más o menos interesantes, se ofrecían. No me extraña que la gente joven escuche reguetón, ¡si no se les ofrece nada!
P. Se intentó suicidar.
R. Sí, pero sin drama. Llega un punto en la vida en el que has vivido mucho y siempre me ha gustado vivir intensamente, disfrutar modestamente, y la calidad de vida. Meses antes de subir el vídeo, pensé: si este mundo no está interesado por mí ¿por qué tengo que interesarme en este mundo? Tengo 59 años, he vivido cosas maravillosas, he viajado a lugares fascinantes… esa era mi reflexión, sin ningún drama, pura lógica. Cada uno tiene que disponer de su vida a su antojo, lo que cada uno haga con su vida y muerte no le incumbe a nadie, es algo personal. No quiero hacer apología del suicidio porque es un tema terrible, sobre todo en gente joven que no ha tenido experiencias y renuncian a la vida en unos momentos con reflexiones engañosas. A los jóvenes les digo que no renuncien a la vida. Dalí decía que para poder destrozar una pintura primero tenía que saber pintar. Para destrozar tu vida, primero tienes que vivir, aprender, experimentar y comprender cosas que en esos momentos no puedes comprender. Hay que saber quién eres tú y eso se conoce en el transcurso de la vida. Hay que preocuparse por ser coherente y atreverse a ser tú mismo, esa es la mayor revolución. Ernesto Sábato decía que la vida se hace en borrador, no podemos corregir sus páginas. Hay que lanzarse y atreverse a vivir, y si la cagas, ¿qué más da? Eso es la vida.
P. ¿Qué falta y qué sobra en televisión?
R. Sobra la gente que no disfruta haciendo televisión, que se mete en un programa para conseguir dinero y está ahí por estar, sin disfrutar. Faltan formatos distintos en los que se permitan actuaciones. Ahora solo hay debates, la gente se grita… Faltan programas divertidos en los que se hable de todo.
P. ¿Qué opina sobre la visión negativa sobre la gente joven?
R. La gente que opina sobre los jóvenes no es gente joven, no tienen las vivencias de ellos y no conocen las dificultades a las que se enfrentan. Hoy en día, los grandes damnificados de la sociedad son los jóvenes y los mayores de 50 años, se nos vacila. La gente joven debe tener su propia vida y no puede porque se les da trabajos y sueldos de mierda. Hay jóvenes muy concienciados y luchadores y jóvenes que no. Sé que los jóvenes nos van a salvar. No os dejéis derrotar, vosotros a lo vuestro.
P. ¿Proyectos a la vista?
R. Ahora mismo trabajo como asesora y consultora de comunicación en una empresa y estoy muy contenta. Me han propuesto impartir otro curso de formación en marzo y si me ofrecen alguna firma para Cumbres Tenebrosas, pues bienvenida sea. Pronto se estrenará una escena que hice para una comedia, Amarillo. También tengo un blog, Cruces de Bohemia, y uno de los primeros artículos que escribí fue ¡Qué bello es morir! Y a colación de la muerte, quiero dejar una reflexión de Montaigne “¿por qué temer la pérdida de una cosa, la cual una vez perdida no podemos lamentar?, sino que, estando amenazados de tantas formas de muerte, hay más mal en tenerlas todas que en sufrir una. Dijeron a Sócrates `los 30 tiranos te han condenado a muerte´ y él repuso `y a ellos la naturaleza´. Necio era apenarnos en el trance del paso a la extinción de toda pena, así como el nacimiento hace nacer para nosotros todas las cosas, así las matará para nosotros nuestra muerte”.
P. ¿Un consejo de vida?
R. Se tú mismo, goza plenamente de la vida. No te dejas comer la olla, la polla lo que quieras, pero la olla que no te la coman. Sé tú mismo, quien quieras ser, porque solo se vive una vez. Si no lo intentas ahora, ya no tendrás más oportunidades. Arriesga, haz lo que tengas que hacer, si te equivocas, lo vuelves a intentar. Nadie nace enseñado, la vida es un montón de errores tras otro con algún acierto. Vive. No dejes de creer en ti nunca, ¿vale? Prométemelo eh.