HBO Max ha devuelto a la pequeña pantalla los dramas amorosos de Carrie, las calles de Nueva York y las conversaciones entre amigas con Miranda y Charlotte.
El 2021 ha sido un año de reencuentros y hay una serie que no podía faltar, Sexo en Nueva York, estrenada en 1998 y finalizada en el año 2004. Nunca antes se había hablado con tanta naturalidad sobre el sexo en televisión y en concreto desde un punto de vista femenino. En este sentido, supuso un antes y un después para la historia de la televisión.
La ultima vez que vimos al grupo de amigas fue en la película Sex and The City 2 en 2010. Seguro que una década después los fans se preguntaran ¿Cómo estarán Carrie, Charlotte y Miranda? ¿Cómo es que Samantha no está? ¿Qué queda del Nueva York de entonces? ¿Y qué tabúes quedan por derribar en el sexo en la era Tinder?
El jueves 9 de diciembre se han estrenado los dos primeros capítulos del “revival” en la plataforma HBO Max. La serie estará compuesta por diez episodios, los cuales se irán descubriendo cada semana.
Antes de entrar a hablar de los primeros capítulos vamos a resolver la duda de por que el personaje de Samantha no está. Tal como se ha confirmado en varios medios de comunicación, la enemistad entre Kim Cattrall (Samantha) y Sarah Jessica Parker (Carrie) nunca se solucionó, esto ha hecho que la actriz británica afirmara que no volvería a la serie.
Ahora si, sino has visto la serie y quieres verla no sigas leyendo ¡ALERTA que hay SPOILERS!

Carrie, Charlotte y Miranda han seguido su amistad después de 20 años. En su momento hablaban del sexo desde un punto de vista de mujeres treintañeras. Actualmente las protagonistas ya están en los 50, una etapa muy distinta, experimentada y tratada en televisión en pocas ocasiones.
La serie se sitúa en la actualidad, así que las protagonistas deben de lidiar con las situaciones actuales como son las redes sociales, la pandemia, la libertad sexual o la ola del feminismo.
Ya en el primer capitulo se destapa que la relación entre Carrie y Mr. Big funcionó, se casaron y viven juntos. Pero, como ya es habitual en la trama, esta relación se encuentra con retos, aunque no te esperas que va a ser la muerte. Carrie va a tener que afrontar el duelo, una emoción importante de mostrar y que en los próximos capítulos ya veremos como se desarrolla. De entrada la forma en que lo vive la protagonista es muy realista. Es verdad que siempre ha sido una serie que ha tratado los sentimientos de forma muy natural.
El tema que no se trata de la misma forma que se esta viviendo es la pandemia. En el primer minuto de la serie ya se contextualiza al espectador que la era pandémica se ha vivido pero parece que ya han desaparecido las mascarillas y la distancia social.
Otra observación que nos hace ver que han pasado un confinamiento es que en la primera comida hablan de que Miranda se ha dejado de teñir las canas, un hecho común ya que, a raíz de las restricciones, muchas mujeres han dejado de ir a la peluquería cada semana.
Referente a Samantha algunos fans pensaban que el personaje estaría muerto pero en los primeros minutos se deja claro que no es así, sino que decidió irse a vivir a Londres por trabajo y además se peleó con Carrie, algo similar a la realidad. En la misma conversación, la protagonista resume el espíritu del regreso con la frase “No podemos ser las mismas de antes”, dejando claro al espectador que los personajes han evolucionado, lo mismo que pasa en la vida real.
No es de extrañar que en Sex and The City se traten distintos temas de la actualidad. En relación a la raza, han optado para acompañar a Carrie, Miranda y Charlotte con dos nuevos personajes como son Anthony Marentino (interpretada por Nicole Ari Parker) que se refiere, de forma literal, como “la Charlotte negra” y otra, Nya Wallace (Karen Pittman) que pone incómoda a Miranda cuando se da cuenta de que debe hacer frente a sus prejuicios. Este último es un claro ejemplo de la concepción que se tiene del racismo desde un punto de vista de algunos blancos ya que muchas veces en situaciones que son consideradas discriminatorias estas actúan como salvadores.
Otra cara conocida es la de Sara Ramírez que interpreta a Che Diaz, la nueva jefa de Carrie. Se declara como no binaria y diva queer. Desde el primer minuto ya pone incomoda a la protagonista cuando le hace hablar sobre la masturbación en su podcast. Carrie nunca había tenido ningún problema para hablar de sexo en su columna pero en este caso se trata de tema que es un claro ejemplo de que hace veinte años no se hablaba con la normalidad aparente que lo expone el personaje de Che Diaz; que a su vez con su imagen expone la evolución de los diversos géneros en los últimos 20 años.
Por ultimo, vamos hablar del ritmo de la serie. Los capítulos de la primera etapa duraban 24 minutos y en esta ocasión han pasado a 40. Esto ha implicado que ahora sean mas pausados y se puedan tratar los distintos temas con más profundidad. Todo esto sin perder la esencia de Sexo en Nueva York: la moda, el glamour, la amistad y el amor.