The Marvels, la continuación de las historias de Capitana Marvel, Ms. Marvel y Monica Rambeau, salva el jaque mate para el que estaba predestinada y brinda una historia ciertamente entretenida que dista mucho de ese suspenso otorgado antes de su estreno en la gran pantalla
Conviene retractarse de tanto en cuando porque en esta vida la dignidad se construye sobre dolientes retales de arrepentimiento y a partir de reconocer errores crasos y oportunistas, como aquel que cometí en esta revista calificando The Marvels a partir de un tráiler y antes de que su directora, Nia DaCosta, lograra ayer brindar al público del UCM una pulcrísima y muy entretenida cinta de aventuras en equipo. Una que sin duda pudo ser mejor pero que se ha sabido sobreponer a esos ya ajados y amoscados augurios que anunciaban su infundada muerte antes siquiera de nacer.
Pasa que lo nuevo de la franquicia cinematográfica de Kevin Feige no es Avengers Infinity War o Spider-Man: No Way Home, pero tampoco la lápida con que enterrar al Universo Cinematográfico de Marvel a golpe indecoroso de «esto ya no es lo mismo desde Endgame». Expresado de otro modo: The Marvels no es Invasión Secreta ni Guardianes de la Galaxia Volumen 3, sino que vaga más bien por un estelar punto medio que torna el conjunto en una producción de un acolchado talante dorado con varios quilates.
Lo que quizá le haya sentado mejor a la continuación de las historias de Brie Larson (Capitana Marvel) e Iman Vellani (Kamala Khan) sea el hecho de abandonar esa aspiración de ser una película-evento capaz de aunar a enésimos superhéroes, para recostarse así sobre un argumento mundano y de andar por casa. De ahí que también sepa jugar muy bien con su sucinta duración de 105 minutos, porque The Marvels no sería lo mismo si gozara de dos horas y media de metraje terraplenado.
El filme, además, se sabe entretenido y certeramente cómico. Muchos de sus chistes -Goose- y bromas bien larvadas están ejecutados a la perfección y con un inteligentísimo manejo del guion, dándole alas a un conjunto que desde su abrupta escena inicial exprime su condición de comedia espacial de tres superheroínas cuyos poderes se entrelazan por su similitud provocando un continuo y bien ideado intercambio de posiciones.
Los departamentos de fotografía y vestimenta, por su parte, han hecho un trabajo tan solícito, de matrícula de honor, que se observa claramente empañado por algunos irresolutos efectos especiales un tanto lánguidos, impensables en una película de Marvel Studios, que habrán de ser corregidos para su estreno en Blu-Ray y streaming.
Sus defectos más ineluctables, esos descaminados baches que atraviesa The Marvels y con los que tropieza palpablemente, pasan por la trama y la villana de la historia. El argumento está por momentos mal hilado y se olisquea a trompicones, cual si algunos datos de suma importancia se dieran por sobrentendidos entre una audiencia que no quiere pensar más allá de lo que visualiza en el momento. Y en cuanto a la villana, pese a la gran actuación de Zawe Ashton intentado con galones su salvación, es un personaje poco carismático y mal escrito, que además no funciona, carece de motivación y se vislumbra plano y extremadamente simple de principio a fin.
Asimismo, The Marvels enmienda errores del pasado del UCM, ungiendo a una Capitana Marvel más sólida, interpretada por una rutilante Brie Larson, y a una Kamala Khan que demuestra ser un gran personaje, muy violáceo, si escapa de su serie en solitario y de Nueva Jersey en busca de aventuras por los amplísimos confines de la galaxia.
La cinta es, además, una película que sirve como entrante predilecto con vistas al futuro del Universo Marvel. Sin entrar en detalles ni destripar su poderoso final, todo cuanto se puede decir es que The Marvels es ese necesario tiro con arco cuya diana, que se empieza a siluetear en sus escenas finales y poscréditos, es indudablemente uno de los tantos grandes filmes que vendrán: Vengadores: La dinastía de Kang y Vengadores: Secret Wars.
The Marvels es, en definitiva, una queda macedonia de emociones que amalgama dulcísimos regustos muy comiqueros con otros de sabor más agridulce. Pero lo dulce se antepone con creces a lo agrio, tanto como The Marvels se ha impuesto frente a las opiniones de todos aquellos que al verla hemos desentrañado que lo nuestro no pasa por ser morlacos futurólogos de bola de cristal.
The Marvels es una gran película de Marvel, idónea para un buen rato de cine, palomitas y buena compañía, que no alcanza la genialidad ni sobrepasa la frontera del mero entretenimiento en la butaca
Lo mejor, como las estupendas actuaciones de Iman Vellani y Brie Larson, los momentos cómicos y esos avances del futuro que le depara a Marvel, contrasta férreamente con lo peor, o sea, su villana olvidable, poco carismática y mal escrita y su trama mal craquelada que a veces no fluye con la fuerza que se espera de un producto del UCM.