Ahsoka

La nueva y esperada serie protagonizada por Rosario Dawson debuta en Disney Plus con un doble capítulo que permite desentrañar su premisa de resucitar al ajado Star Wars, una aventurera y prometedora trama repleta de acción y una laudable banda sonora que actúa como el verdadero hilo conductor de los acontecimientos

Hay quienes afirman que las esperas que se vislumbran interminables terminan por merecer la pena. Muchos literatos, filósofos y otras variopintas personalidades históricas, desde Séneca a Platón, sostuvieron dicha tesis haciendo un bello alegato por la calma y la reflexión. En la paciencia se halla la virtud: todo acaba llegando, tarde o temprano, paladeándose más trufado porque no apareció enseguida.

Pero si de sosiego sabe alguien, ese es Dave Filoni; para muchos, el discípulo del legendario George Lucas y el hombre más fuerte en la cúpula de Star Wars, ahora atareado con los proyectos venideros y en la escritura de los más recientes shows televisivos. Desde The Mandalorian a El Libro de Boba Fett, atravesando su trabajo en las series animadas de The Clone Wars y Rebels: todas las series de la saga de Lucas en las que Filoni ha trabajado demuestran lo plausible de su longeva trayectoria y prueban una experimentada carrera que lo habilita y valida como guionista.

Aunque Filoni esta vez se ha tomado un merecido y lógico descanso hasta que ha decidido volver a poner en pie a más de un fan de la saga intergaláctica. Como ya hiciera el guionista estadounidense con El Mandaloriano, repite ahora la fórmula con Ahsoka, una producción que, desde el minuto uno, deja entrever su intención de resucitar ese Star Wars pretérito, que era en su tiempo lo más cercano a ver novelas de ciencia ficción adaptadas a la gran pantalla, en las que el guion cobraba vida e incluso era posible escuchar el susurro que provoca el pasar las páginas de una novela.

Lo nuevo de Lucasfilm rescata todo aquello por lo que consiguió consolidar una enorme legión de seguidores: los ya clásicos títulos ascendentes; las transiciones de PowerPoint que, más que ajadas, aportan un aire clásico que sigue funcionando a pleno rendimiento; los distendidos diálogos entre personajes buscando que el espectador empatice más con ellos; los lejanos encuadres que permiten disfrutar de la moderna y futurista escenografía; y, sobre todo, muchos encontronazos y peleas entre personajes que portan sables de luz, esencia viva de la marca Star Wars y escenas que brillan con luz propia en una espectacular danza de luces que, en pleno 2023, se saben muy vívidas y de actualidad.

Y la trama de Ahsoka, aunque lenta en algunos puntos, funciona con una pasmosa candidez. Una sencilla premisa, la de encontrar al Gran Almirante Thrawn, heredero de las cenizas del Imperio Galáctico, construye una historia hilada con facilidad, basada en persecuciones, enigmas, acción y aventura y profundamente inspirada en los clásicos filmes de samuráis japoneses. Y el símil que supone presentar a un par de parejas, una de héroes y otra de villanos, dos maestros y dos aprendices, luz y oscuridad tenebrosa, es una poética antítesis que enriquece aún más el argumento; Filoni, últimamente muy acertado.

La química entre los actores hace el resto. Todo el elenco, desde Rosario Dawson (Ahsoka Tano) a Natasha Liu Bordizzo (Sabine Wren), pasando por Ivanna Sakhno (Shin Hati) o el recientemente fallecido Ray Stevenson (Baylan Skoll), está espléndido en la serie. Ivanna Sakhno, por ejemplo, interpreta muy bien el papel de una aprendiz oscura que, ansiosa de poder, parece dejarse llevar por el camino del narcisismo, la soberbia y la arrogancia.

Aunque la mejor actuación, incluso por encima de la protagonista Rosario Dawson, probablemente sea la de Natasha Liu Bordizzo en el papel de la alumna de Ahsoka Tano, Sabine Wren, una libérrima mujer con una complicada historia detrás relacionada con la superación personal y un personaje altamente atractivo por sus entresijos y redondez argumental.

Pero a la trama, la belleza fotográfica y la acción salpimentada con lo chispeante de las razzias inesperadas en las que acaban entrecruzándose varias espadas luminosas, hay que sumarle la excelencia de una banda sonora que rellena todos los silencios para la reflexión y que tiene, además, motas de un inequívoco sabor a Star Wars. La saga de George Lucas no sería la misma sin su preciada música, marca de la casa, que en la nueva serie de Filoni reedita algunas de las piezas más tradicionales compuestas por el erudito John Williams y rescata aquellos sibilinos pentagramas de los Jedi capaces de infundir tanto misterio como paz auditiva.

Ahsoka, y aunque es todavía pronto para afirmarlo, aúna lo mejor de cada casa: el tono tranquilo y sosegado de The Mandalorian, la calidad visual y fotográfica de la misma, el estilo canalla y rebelde de la trilogía original y los rutilantes combates con sables láser que alcanzaron su punto álgido en la trilogía de las precuelas. Ahsoka es, por ende, una macedonia que se saborea plácidamente, así como una serie que lo tiene todo en su mano para triunfar, que puede agrandar la saga Star Wars y que, ante todo, promete dar de qué hablar a lo largo de las próximas semanas.

Por Raúl R. Méndez

Sigo creyendo que Jon Nieve debió haberse sentado en el Trono de Hierro. Fan de Hombres G, Taburete y la música pop española en general. Algunos dicen que me asemejo a Peter Parker, aunque juro y perjuro que Nueva York la he recorrido andando. En el estreno de una nueva película de Marvel Studios, estaré en el cine, como también padezco un inevitable amor hacia Star Wars que mana de mi infancia. Vi ganar un Roland Garros a Rafael Nadal antes siquiera de saber lo que era un revés.