Alice Kellen, una de las autoras nacionales de novela romántica más vendidas y leídas en nuestro país, publicó el pasado 23 de marzo su nueva novela, Donde todo brilla. Charlamos con ella sobre el camino de Nicki y River, los protagonistas de esta nueva historia, sobre su proceso creativo y el éxito, entre otros temas.
P: El mismo día de la publicación de tu nueva novela comenzaste en Madrid la gira de firmas por España. ¿Cómo estás viviendo la acogida y el cariño que las lectoras están dando a Donde todo brilla?
R: Muy agradecida por tanto cariño y entusiasmo. Cada lanzamiento es una aventura y siempre tienes esa mezcla de nervios e ilusión.
P: En ella, tratas temas como la infancia y la madurez y también reflexionas sobre el destino e incluso sobre la búsqueda de uno mismo. ¿Qué más nos podemos encontrar entre sus páginas?
R: Donde todo brilla es una novela de dos personas que forjan un vínculo a lo largo de su niñez y luego, cuando crecen, toman caminos separados. Vamos acompañándolos a lo largo de los años y también conocemos su entorno, pequeños bocados de los secundarios que, en cierto modo, redondean la historia de Nicki y River.
P: Precisamente por estos temas y otros, Donde todo brilla es, ante todo, una historia muy realista. Al leerla, ¿con quién crees que la gente empatizará más: con Nicki o con River?
R: Creo que es más fácil empatizar con River porque su evolución es más abrupta y corta, aunque a mí me despierta más ternura Nicki: la vemos feliz en la infancia y, después, conforme llega la adolescencia, somos testigos de las inseguridades que surgen en torno a ella y lo mucho que desea encontrar su lugar en el mundo.
P: ¿Y tú, con quién te sientes más identificada?
R: Me gustan los dos personajes. River se ganó mi corazón desde el principio, pero, de niña, era mucho más parecida a Nicki. Siempre siento que dejo pedazos de mí en todos ellos, incluso en los secundarios: la abuela, Heaven, Maddox…
P: Sabemos que cada historia tiene su momento y lleva tiempo encontrarlo. ¿Qué te animó a empezar a escribir el camino de Nicki y River?
R: Mi intención era escribir una historia más coral, donde la familia fuese un lugar de encuentro, ese refugio donde siempre puedes volver y ser tú mismo.
P: La novela se divide en tres partes que corresponden a diferentes franjas temporales y, por tanto, hay muchos detalles que se deben ir teniendo en cuenta a lo largo de toda ella para no perder el hilo. ¿Qué fue lo que más te costó a la hora de construir a estos personajes y su evolución?
R: Lo más difícil fue la cronología y que todas las historias encajasen en cada franja temporal.También me costó encontrar el equilibrio con los secundarios para que tuviesen su papel sin llegar a eclipsar a los protagonistas.
P: ¿Con qué parte sentiste que todo fluía?
R: El principio me costó muchísimo. Luego, una vez pasé la barrera de las primeras cien páginas, todo empezó a fluir más.
P: Al igual que la trama avanza y evoluciona, ¿has notado un cambio significativo respecto a tus anteriores novelas? Por ejemplo, ¿crees tu forma de escribir sigue siendo la misma que cuando publicaste “El mapa de los anhelos” hace un año?
R: La forma de escribir no ha cambiado tanto de un año a otro, aunque sí en caso de echar más la vista atrás. Pero, por ejemplo, el tono es muy diferente a El mapa de los anhelos, que fue una novela más reflexiva y centrada en la protagonista.
P: Por otro lado, eres una de las escritoras más leídas de nuestro país y del género de romance. Al escribir una nueva historia, ¿piensas en su posible éxito y eso incluso te puede llevar a borrarla y empezar otra por miedo a no cumplir las expectativas?
R: Sí, lo hago muchas veces. Tengo ideas que me gustan, pero no siempre funcionan sobre el papel. Voy probando y me tranquiliza la idea de trabajar a partir de ahora con más margen para poder tener la posibilidad de recular.
P: ¿Y estas expectativas no te hacen sentir presionada cuando tus lectoras te dicen que tus novelas les sirve de refugio y de mecanismo de evasión?
R: Es una mezcla de presión y confianza. No siempre están equilibradas las dos partes: hay épocas en las que me agobio mucho y aparece el síndrome del impostor, y luego, otras en las que me siento más segura de lo que estoy haciendo.
P: Cada vez hay más novelas románticas en el mercado, pero, aún así, sigue existiendo mucho rechazo hacia ellas. ¿Por qué crees que este género está tan infravalorado y que se sigue asociando mayoritariamente a las mujeres?
R: Creo que esa línea se va rompiendo, las ventas y el entusiasmo del público, ayuda a situar la novela romántica en el lugar que se merece. Es cierto que siguen existiendo prejuicios y es una lástima que sea así. Yo intento centrarme en las cosas que me conciernen, en seguir trabajando novela a novela y disfrutando de lo que hago.
P: ¿Algunas vez has pensado en dejar de escribir este género por miedo a este rechazo?
R: No. Cuando en alguna ocasión he publicado una novela más sentimental, que quizá se salía de la línea romántica, lo he hecho porque me apetecía y ha surgido de esa manera. Si en algún momento escribo otro género será por mis propias inquietudes o deseos, no por nada más.
P: Precisamente muchas de estas historias de amor están siendo fichadas por grandes productoras para ser adaptadas a la gran pantalla. ¿Qué novela, de las que has escrito, te gustaría ver en el cine o en alguna plataforma digital?
R: Creo que una de las más cinematográficas es Tú y yo, invencibles. Y quizá también El mapa de los anhelos. Nunca se sabe. Es un tema que sí veo un poco ajeno.
P: Y si tuvieses la oportunidad de continuar la historia de alguna de las que ya has publicado, ¿cuál sería?
R: Cuando terminé Nosotros en la luna estuve tentada de escribir una segunda parte porque no quería despedirme de los protagonistas, pero, ahora viéndolo en perspectiva, creo que habría sido un error.
P: Para terminar, y regresando al principio con Donde todo brilla, ¿qué consejo darías a esa persona que no recuerda cómo ver el brillo de las cosas intangibles?
R: Que pare, respire, deje de oír el ruido exterior y se limite a abrir los ojos y mirar a su alrededor. El mundo esta lleno de pequeños destellos.
