Durante esta Semana Santa Disney + ha estrenado un documental en el que el Papa Francisco se reúne con varios jóvenes cercanos y lejanos a la iglesia para hacer una especie de entrevistas en el que el pontífice ha respondido con claridad y sin ningún tipo de pudor. El documental, dirigido por Jordi Évole y Màrius Sanchéz, ha cosechado un gran éxito en sus primeros días de lanzamiento.

El Papa desvela a lo largo de la grabación algunos de los entresijos de su cargo, afirma no percibir una nómina por su cargo, dice tener una vida como un trabajador de clase media baja, reconoce tener los gastos cubiertos por la Iglesia, pero no tiene dinero en efectivo, si tiene alguna necesidad de ropa la pide directamente y si tiene algún gasto mayor pide ayuda a familiares o amigos para no hacer un gran gasto a la Santa Sede.

Como en varias ocasiones ha afirmado no dispone de teléfono móvil, sus redes sociales las administran sus secretarios bajo su supervisión, pero él no las gestiona. Afirma que la iglesia cada vez se está alejando más de la ciudadanía siendo eso un grave problema de los sacerdotes que dice “se acomodan en el sillón” sin preocuparse de los problemas reales. 

El documental gira en torno a un encuentro del Papa con varios jóvenes, donde se abordan temas como el feminismo, el papel de la mujer en la Iglesia, el aborto, la pérdida de la fe, los abusos en la Iglesia, el racismo, o el bullying, entre otros.

El encuentro

Un chico de origen senegalés explica la situación de su familia que llegó a España en patera y que lo peor no es llegar, si no el camino que deben empezar estas personas al llegar a tierra, le preocupa que “el pasaporte condicione su futuro”, el Pontífice reconoce que eso es algo intolerable, que tras ser explotados en sus países de origen para conseguir ese viaje, incluso con muertos por el medio, las administraciones de diferentes países no entiende cómo a estas personas no se les recibe, acompaña e integran en estos países.

Otra de las jóvenes presentes denuncia ante Francisco que ha sufrido bullying que acabó en bulimia y depresión, e incluso se replanteó el suicido, a lo que él le responde que en esos momentos hay que buscar ayuda, bien sea de una persona de confianza o ayuda profesional, reconoce haber pasado momentos muy difíciles en su vida, pero una vez superadas esas circunstancias deben servir para aprender y ser más fuertes en la madurez. 

Una joven que se presenta como católica practicante también afirma ser feminista, entre lágrimas le pregunta al Papa porque muchas veces se juzga a las mujeres que abortan, cuando según su parecer, Jesús no las abandonaría, si no que las acompañaría.

Juan, otro de los asistentes hace referencia a que en el aborto se defiende la vida del no nacido pero en la pederastia muchas veces no se defiende esa vida del menor, reconociendo haber sido víctima de uno de esos casos con 11 años, en un colegio del Opus Dei por parte de uno de los numerarios. El padre del joven llegó incluso a escribir una carta al pontífice pidiendo cesar al profesor, pero un año más tarde la congregación para la doctrina de la fe, archivó el caso defendiendo al profesor.

Francisco dejó claro que estos delitos no prescriben afirmando que este tipo de delitos son vergonzosos, no solo en la Iglesia, en la sociedad en general, pero dentro de la institución eclesiástica, aún más, porque es donde se tiene que cuidar a las personas no destruirlas. Finalmente, El Papa se comprometió personalmente a revisar el caso y le mostró todo su apoyo, afirmando que en la Iglesia hay que hacer una limpieza con tolerancia cero, respecto a estos casos y otros. 

Celia, una chica no binaria y católica le pregunta al pontífice si en la iglesia hay un lugar para ella, porque ve una serie de contradicciones y replica con el caso de aquellos sacerdotes que usan el evangelio para enviar mensajes de odio contra estos colectivos.

Al ser preguntado por la posibilidad de que una mujer llegue al pontificado o ser “sacerdota”, el Papa responde que eso no puede ser por razones teológicas, la iglesia es mujer, pone el ejemplo del adjetivo como se denomina a la institución, aclara que es la iglesia, no el iglesia, porque representa a la esposa de Dios, el permitir que la mujer adquiriera esos puestos rebajaría el papel de la mujer dentro de la fe cristiana, porque el orden ministerial lo ocupan hombres, dando a entender que de algún modo el papel de este es secundario.

A raíz de una pregunta sobre Tinder, el Papa se muestra a favor de que los jóvenes sean capaces de romper esas fronteras de su entorno para conocer a otras personas ya sea a través de la red o viajes, también es preguntado por el tema del sexo y la pornografía, pero en ese momento se origina más un debate entre los jóvenes que una aclaración por parte del entrevistado, que reconoce que dentro de la catequesis el tema del sexo esta “en pañales”, afirmando que el tener relaciones sexuales o hablar de ellas no es malo.

Para Évole, este trabajo ha supuesto “una oportunidad única de juntar dos mundos que normalmente no se tocan, de hacer dialogar a una de las personas más influyentes del mundo con un grupo de jóvenes cuyas vidas a veces chocan frontalmente con los postulados de la Iglesia. Y ha supuesto un acto de una gran generosidad, tanto por parte del papa Francisco como por parte de los diez jóvenes”.

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