El drama histórico de Marie Kreutzer que nos adentra en el peor año para la emperatriz de Austria
Con su paso por el festival de Cannes, donde Vicky Krieps ganó el premio a mejor Actriz; y los festivales de Munich, Jerusalem y el de Sarajevo (donde ganó el Premio a Mejor Película) “La emperatriz rebelde (Corsage)” se impone como el retrato menos convencional de la famosa emperatriz.
De la mano de ADSO FILMS y dirigida y escrita por Marie Kreutzer, La emperatriz rebelde nos muestra el lado más dramático de la emperatriz Isabel de Baviera en el año 1878. Al cumplir los cuarenta años, Isabel I (interpretada por una brillante Vicky Krieps) está rodeada de infelicidad, mientras es juzgada por todo su entorno.
Una belleza en decadencia y el asfixio por cumplir con las normas, mientras crece un ansia de conocimiento y un apetito de vida, llevan a la protagonista a sumirse en un rígido ayuno y una obsesión continua por su cuerpo. A pesar de envejecer, la emperatriz busca la emoción de la juventud rebelándose cada vez más contra las reglas y obligaciones que marcan su vida.
“Haces así y te dejas caer al suelo” enseñaba la protagonista en la introducción de la película, fingiendo un desmayo. El drama se desarrolla exponiendo la incomprensión de los hijos de la emperatriz, mientras nos enseña sus interés por la equitación, el cine o la psiquiatría.
La protagonista viaja y vive apasionadas aventuras intentando evadirse de la prisión en la que ha vivido desde su enlace con Francisco José I de Austria (Florian Teichtmeister), quien se tiene que enfrentar a la guerra que asola al imperio austrohúngaro. Mientras el emperador se muestra frío, impersonal y con una notable falta de cariño; la emperatriz trata de vivir al máximo su vida como nunca antes lo había hecho.
El film invita a conocer mejor la vida de la emperatriz, marcada por una atmósfera fría y lúgubre que indaga en problemas tan actuales como los trastornos alimenticios o la salud mental. La película se acaba de estrenar en todos los cines españoles.