Los diseños del artista español, Alejandro Gómez Palomo, se cobran el protagonismo encima del escenario de la Fall Fashion Gala 2022
El pasado 28 de septiembre se celebraba el décimo aniversario de la Fall Fashion Gala, un encuentro entre la danza y la moda, que organiza el New York City Ballet desde 2012, gracias a Sarah Jessica Parker, del cual han nacido unos 30 ballets. Alejandro Gómez Palomo (Posadas, 1992) es el diseñador que ha creado el vestuario para la obra Play Time de Gianna Reisen en la edición del 2022.
El diseñador cordobés, que ha trabajado para figuras como Harry Styles o Beyoncé, ha vestido a los 10 bailarines que dan forma a Play Time, la pieza creada por la coreógrafa estadounidense Gianna Reisen, donde Solange Knowles (hermana de Beyoncé) ha compuesto la partitura. El equipo encargado de crear el vestuario lo forman: Alejandro Gómez Palomo (director creativo y fundador de Palomo Spain), Raf Simons (codirector creativo de Prada), Giles Deacon (diseñador británico) y Marc Happel (director de vestuario del NYC Ballet).

«No todo lo que brilló fue oro en el escenario del NYCB el pasado jueves por la noche durante el estreno mundial de “Play Time” de Gianna Reisen, sino el medio millón de cristales de Swarovski incrustados en nuestros diseños de Palomo que se refractaron sobre el comienzo de la primera partitura de ballet de Solange Knowles» expresaba Palomo en su cuenta de Instagram refiriéndose a la característica más destacada del vestuario: los 800.000 cristales de Swarovski que recubren los diseños. Un trabajo que abordó unas 1.500 horas en el que estuvieron involucrados 16 artesanos. Esta laboriosa tarea se llevó a cabo desde el interior de los talleres de costura del NYC Ballet.


¿El resultado del proyecto? Diez diseños monocromáticos que recorren las tonalidades del arcoíris: eléctricos, y sobre todo brillantes; qué nos transportan a un mundo de fantasía con su aspecto acaramelado. Algunos de ellos se presentan en tonalidades degradadas. La indumentaria mantiene una estructura muy definida que se asemeja a los trajes de los empresarios, con ella se pretende dar una visión de empoderamiento al ballet, alejándolo de la suavidad a la que está acostumbra el público, tal como afirma el diseñador:
«A la idea del hombre de Wall Street nosotros le dimos un empoderamiento en su faceta queer. Con este trabajo en mente, nos alejamos del azul marino y nos fuimos a un mundo más fantasioso. Quería también encontrar nuevas sensaciones como alternativa a la suavidad que normalmente aportan los diseños del ballet. Esa parte quizás algo cursi del tutú y las mallas, la quisimos dejar de lado para hacer algo con más estructura, inspirada también en el ballet ruso. Lo he querido traer al presente, con mis códigos, claro»
Alejandro Gómez Palomo








