La última cinta de DC está cargada de acción y es una incorporación notable a la saga

Más de un año después del estreno de El Escuadrón Suicida, el Universo Extendido de DC o DCEU vuelve a los cines con Black Adam, protagonizada Dwayne “The Rock” Johnson y con un español tras la cámara, Jaume Collet-Serra. Se trata de un spin-off de Shazam!, y no es una película de superhéroes al uso, ya que su personaje principal es un antihéroe.

Black Adam cumple. Comete errores, pero cumple. Principalmente lo hace porque asume su identidad sin complejos; sabe qué tipo de película es, cuál es su objetivo y lo que la audiencia busca en ella. Abraza la espectacularidad y el entretenimiento, entregando una aventura frenética y aprovechando para ocultar una trama en realidad bastante floja y que avanza a trompicones. Encuentra su tono fácilmente, predominando la seriedad pero sin olvidarse de añadir algo de humor de vez en cuando; y sorprendentemente, contiene mensajes sutiles (o tal vez no tanto) y metáforas cuanto menos interesantes sobre la situación política que atraviesan en general muchos países de Asia menor (si bien cabe mencionar que el film transcurre en un país ficticio).

Sus secuencias de acción son espectaculares visualmente, y se ven ensalzadas por la grandiosa BSO de Lorne Balfe. Ciertas escenas parecen sacadas directamente de una viñeta, y ahí es donde encontramos uno de los puntos más fuertes de Black Adam; parece un film plasmado plano a plano directamente de un cómic. Muchas veces las películas de superhéroes se olvidan de sus orígenes; Black Adam los honra.

Esta aventura la comanda Dwayne Johnson en probablemente su mejor actuación hasta la fecha, con un personaje complejo que tiene mucho potencial de cara al futuro de DC. No obstante, uno de los personajes secundarios le roba el protagonismo más de lo que en teoría debería: Pierce Brosnan, derrochando carisma como el Doctor Destino. Se trata de un héroe técnicamente menor, pero consigue adueñarse de la pantalla en cada escena. Por desgracia, el resto de los secundarios no son precisamente destacables; de hecho algún que otro personaje está de más.

Pierce Brosnan como Dr. Fate y Aldis Hodge como Hawkman

Resulta curioso ver que hay críticas que consideran a Black Adam la salvadora del DCEU; que esta saga necesitase ser salvada o no es un debate aparte, pero es irónico que se la denomine así cuando los principales fallos que tiene son errores ya habituales en DC; por ejemplo, el tercer acto, extendido innecesariamente; o todo lo relacionado con los dioses, a los que DC aún no sabe cómo retratar sin caer en la exageración o en lo ridículo.

A pesar de ello, la sensación general que deja Black Adam es positiva. Como aventura en solitario es muy disfrutable, y expande el universo DC en términos tanto de personajes como de worldbuilding. El futuro del antihéroe de Dwayne Johnson es prometedor.

Por Sergio Vega Calderón

Estudiante de primer año Periodismo y Comunicación Audiovisual en la UC3M (Getafe, Madrid). Fanático del cine, las series y la lectura. RRSS: Instagram: srgtargaryen; Twitter: slythwalker_28