Por todos los rincones del mundo, se celebra el día de Todos los Santos, el 1 de noviembre, y el 2 de noviembre el Día de los Difuntos, también conocido como el Día de Muertos. Este último tiene varias tradiciones que son celebradas de una forma excepcional en cada país o ciudad.
El día 1 de noviembre es el día de Todos los Santos. Es una fiesta de carácter cristiano realizado por la Iglesia. Celebra como los difuntos superan el purgatorio y se han santificado totalmente para gozar de la vida eterna.
No obstante, al día siguiente se celebra el Día de Difuntos. Se realiza para honrar la memoria de aquellos que ya no están. El origen de esta festividad fue en la cultura mexicana, ya que le daban gran importancia a la muerte. Hacían referencia al señor de la muerte llamado Mictlantecuhtli, y al inframundo le llamaban Mictlán. Con la llegada de los españoles, la celebración se hizo mestiza y se incorporaron referencias católicas como la cruz de flores para honrar la vida de los antepasados.

Tradicionalmente, la conmemoración empieza desde el 31 de octubre con velas encendidas, y la noche del día 1 de noviembre las personas acuden al cementerio a rezar y poner ofrendas para recordar a los fallecidos. Se dice que los seres queridos regresan para estar con sus parientes y agradecer las ofrendas puestas en su honor, mientras los mortales aprovechan la oportunidad de recogimiento y oración para reflexionar acerca de la muerte.
En España, cada parte del país celebra este día de diferentes maneras. Por lo general, acuden al cementerio para dejar ofrendas. Pero en algunos casos hay excepciones, como por ejemplo en Cataluña. Allí celebran “La Castañada”, donde las familias se reúnen para comer castañas asadas y “Panellets”.

Otro ejemplo son las islas Canarias, que celebran “el Día de Finaos o Finados”. Antiguamente, la tradición consistía en pasar la noche del 1 al 2 de noviembre con amigos y familiares para velar y recordar a los difuntos. Se contaban historias sobre los difuntos mientras se comían algunos de los frutos más tradicionales del otoño como las castañas, las nueces o las manzanadas, acompañado de anís y ron con miel. Actualmente la tradición no se sigue al pie de la letra, pero continúa celebrándose de una forma similar.

Por otro lado, en los países de Latinoamérica, cada uno de ellos celebra la festividad de diferentes formas. En México, este día también es conocido como Día de los Fieles Difuntos. No solo recuerdan a los muertos con oraciones y ofrendas, sino que también realizan fiestas y en algunos lugares se pasan la noche en los panteones, y cuando concluye la celebración, los familiares degustan todos las bebidas y platillos que se han servido.
El día de los muertos, cosmovisión Mexicana
La fiesta en torno al día de los muertos se lleva a cabo en 41 grupos étnicos de México, quienes a pesar de sus diferencias culturales comparten historia y tradición. Para los pueblos indígenas la historia de esta fiesta lleva a cuestas el encuentro entre dos mundos. Y es que esta celebración comparte una antigua práctica ceremonial que integra la tradición católica y precolombina junto con todos sus matices. Las representaciones del día de los difuntos no solo están presentes en las costumbres del pueblo mexicano, sino que hacen parte de su tejido social tanto a través de su arquitectura simbólica y ritual, como en sus obras plásticas, objetos artesanales, música, pintura y poesía. En la imaginación colectiva, esta festividad comprende un momento único que centra al encuentro indígena con sus antepasados y a los hombres entre sí.
En cuanto a la dinámica comercial, esta fiesta representa un punto medio entre los periodos de escasez y abundancia. Siendo las regiones de Guerrero, Oaxaca o Chiapas, comunidades que pasan durante este tiempo del crecimiento a la cosecha del maíz (cereal principal de la época prehispánica) En este ejercicio de conexión espiritual, la ofrenda surge como retribución simbólica y parte de la concepción cíclica de la vida y la muerte.
La festividad en torno a la muerte tiene lugar dentro de la región centro-sur de México, su celebración es asumida por 872 mil indígenas, es decir cerca del 97.2%, del total de la población indígena del país.

La festividad del día de los muertos: La importancia de la muerte para la vida desde la concepción Andina
La fiesta del día de los muertos es una de las celebraciones más importantes para la cultura andina. Para explicar su importancia es necesario conocer los cuatro pilares de la cosmovisión andina. A diferencia de la concepción occidental, que posee una trayectoria lineal, la concepción andina es cíclica y divide al ciclo vital en cuatro fases. La creación, el nacimiento, crecimiento y muerte. Desde esta perspectiva, el espacio de muerte se ubica en la parte derecha y representa el sentido de conclusión y cumplimiento, asociado a la proyección del principio después de concluir una etapa.
Es así como para las comunidades andinas la muerte no constituye una tragedia, sino la culminación de una etapa. La muerte para el andino no es el final, sino la continuidad del ser dentro de la totalidad, un viaje a otra dimensión de la vida que no está del todo desencadenada de este mundo. Pues los muertos viven en permanente conexión y atención con sus lazos afectivos. El sentido de la muerte se entiende a través de la trascendencia del espíritu. Lo que implica que los muertos pueden estar tanto en el más allá como en el mundo de los vivos, por lo que se les puede solicitar cuando son necesitados.
Es por esta razón que la muerte no se vive desde la individualidad. Se presenta como una experiencia importante tanto para el que fallece, como para la comunidad. Por lo que es un evento esperado y preparado. Así como es importante la preparación para la muerte, desde la visión andina también es importante la atención de la muerte después de ella. Es allí donde recae la importancia del día de los muertos como una oportunidad para convivir y atender a los que se fueron. Por lo que se comprende la importancia del carácter festivo, la abundancia de comida y la colaboración con la comunidad.
“Ujllatamin wañunchij kay kawsaypiqa”,
“Solamente una vez morimos en esta vida”. Así también, una vez se tiene el derecho a la mejor atención.
Por esta razón, durante la muerte el individuo es celebrado por la comunidad según las tradiciones y costumbres que llevó en vida. Siendo el día de los muertos otra oportunidad para compartir la abundancia de la vida con aquellos que dejan este plano espiritual.
Cabe recordar que estos días son considerados por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ya que es un símbolo de identidad nacional para los mexicanos. Asimismo, esta festividad ha sido mencionada en varias películas como “Coco”, “Día de Muertos” y “La Leyenda de la Nahuala”.