Nueva medida del Gobierno, que afecta de forma directa a las universidades españolas, en la lucha frente al envejecimiento y con la regeneración del profesorado como objetivo común.
Noticia bien recibida para muchos españoles, y es que las universidad públicas por fin reciben toda la atención que hace tiempo venían solicitando. Será en los Presupuestos Generales del Estado de 2022, que han decretado que por cada diez profesores que se jubilen, van a poder pasar a convocarse doce plazas.
Esta medida es mucho más necesaria de lo que puede parecer en primera instancia, y es que el envejecimiento sufrido en las aulas empieza a ser alarmante, con aproximadamente un 53,3% de profesores que podrían jubilarse en la siguiente década, situación preocupante para una educación que lleva ya años y años funcionando al más alto rendimiento, y a la que por fin comienza a ser más fácil acceder que antaño.

Será histórico este cambio en las instituciones, pues aunque desde este año han sido once las plazas ofrecidas por cada diez bajas, nunca se había llegado tan lejos ni se había propuesto un relevo tan significativo; y, sobre todo, demuestra que la educación es un pilar fundamental en el Estado, pues a pesar de la situación de crisis vigente no se olvida a los estudiantes y a su formación, como en épocas pasadas cuando los porcentajes de regeneración de uno por cada diez.
El tema es mucho más complejo que todo esto, ya que los rectores, pese a mostrarse contentos con la situación preferirían tener una mayor Autonomía, al igual que las diferencia entre campus y universidades que se hacen palpables de nuevo. Pero es innegable que esta noticia hace feliz a casi todo el mundo, tanto a quienes tienen más posibilidad de encontrar trabajo tras finalizar sus estudios, como a los estudiantes, que además de sentirse importantes podrán tener acceso a una formación de calidad.
Toda esta positividad no puede evitar que se fijen los ojos en el actual problema que existe, a pesar de las soluciones que se intentan dar desde el Congreso, y es que el envejecimiento está siendo bastante alarmante, con muchos profesores que se encuentran en la recta final de su carrera y que si no hay una buena organización pueden dejar huérfanas varias universidades. Aún hay tiempo de tomar medidas, pero no hay descanso posible, pues el tiempo nunca perdona.