Netflix estreno el pasado 11 de junio “El dragón de los deseos”, una película animada, que está causando gran sensación entre todos los públicos.

El valor de la amistad es el principal tema de la película. Din y Lina los protagonistas de esta historia, desde que eran niños no se han vuelto a ver, a pesar de que se hicieron una promesa: mantener viva su amistad pasase lo que pasase en el futuro. Pero, todo se tuerce cuando el padre de Lina decide dejar todo atrás para llevar una vida mejor junto a su hija.

La amistad entre Din y Lina se rompe y pasarán años hasta que un Din universitario vuelva a saber algo de Lina a través de un cartel publicitario en el que esta aparece. Lina se ha convertido en una modelo muy reconocida que se junta con las clases más adineradas del país, mientras que Din sigue viviendo en un barrio obrero con su madre.

Din se propone ir al cumpleaños de Lina para volver a reencontrase de nuevo, y para ello decide trabajar como repartidor de comida y con el dinero que gane poder costearse un traje que le permita aparentar ser alguien que no es.

De repente, en uno de los pedidos de comida que tiene que entregar, un anciano le regalara una extraña tetera, de la que surge un dragón dispuesto a concederle tres deseos. Lo de pedir deseos ya aparecía en Aladdin, aunque conforme se va desarrollando la película te das cuenta que poco tiene que ver con el genio de la lampara, pues Din no pide los típicos deseos como dinero o lujos… el tan solo quiere recuperar a su amiga.

Una película con trasfondo que muestra por que cosas merece la pena luchar, que lo material no vale para nada y las personas son el regalo más preciado que uno puede tener.

¡Si aún no la has visto, te la recomendamos 100%!

Por María Peinado Lafuente

Periodista. Puedes leerme también a través de mis redes sociales. Twitter: @maria_peinado22 / Instagram: @maria_peinado22