Basada en el libro de Freida McFadden, ‘La Asistenta’ llega a los cines el próximo 1 de enero de 2026. Un thriller cargado de amor, terror, tensión y giros inesperados

Cuando los portones de la impecable y fastuosa casa de Nina (Amanda Seyfried) y Andrew Winchester (Andrew Sklenar) se abren por primera vez en La Asistenta, nadie imagina lo que les espera dentro. Ni siquiera Millie Calloway (Sydney Sweeney), la recién contratada asistenta que aspira a su trabajo soñado en el regazo del lujo.

Tampoco el público, que se verá inmerso en un thriller entretenido, supersexy e increíblemente divertido, que explora los extremos de la riqueza, la seducción, el cotilleo, la traición y la venganza más fría. La película insiste en preguntarse: ¿quién manipula a quién?

El resultado es un thriller retorcido, estiloso e irresistiblemente adictivo sobre dinámicas sociales tan resbaladizas que no puedes dejar de adivinar quién acabará en lo más alto.

La Asistenta cuenta la historia de Nina y Andrew, una pareja rica y exitosa, que contrata a Millie, una asistenta para ayudarles en casa. Durante su estancia, Millie se da cuenta de que algo no va bien.

Nina no es la persona perfecta y amable que parecía el primer día, sino una mujer violenta y peligrosa, con un historial de problemas mentales. Por su pasado, Millie no puede huir de la casa, por lo que debe aprender a convivir con Nina, aunque esta no se lo pone fácil.

Al mismo tiempo, Millie se acerca cada vez más a Andrew, el «hombre perfecto», que ayuda en casa, cuida a su esposa trastornada y a su hija. Poco a poco, Millie y Andrew estrechan su relación, mientras Nina se va desquiciando cada vez más.

Pero, por algo la película no es recomendada para menores de siete años, y no es por escenas de sexo. Nada es lo que parece: es una película violenta que trata temas bastante serios y delicados.

No sé si es porque empatizo más con las mujeres o simplemente porque era muy evidente, pero sabes que algo no cuadra. Él no puede ser tan perfecto; es poco creíble. Ella no es una «pirada», se nota. Tiene actitudes de «loca» tan forzadas que generan dudas. Creo que los espectadores ya estamos más «espabilados» y curtidos. Es demasiado fácil pensar que ella está loca y que él es un santo, y dudo que los espectadores se lo crean.

Al inicio, ambas mienten. ¿Por qué vas a creerte la segunda careta si sabes que mienten? Ambas nos lo dicen: no las conocemos. Si Nina no es el ama de casa perfecta, como muestra al inicio, ¿por qué va a ser la mujer pirada? Lo mismo pasa con Millie: si no es la estudiante modélica, ¿por qué va a ser la asistenta sumisa?

El reparto cuenta con Amanda Seyfried, que interpreta a la «desquiciada» Nina Winchester y también es productora ejecutiva. La actriz ha recibido nominaciones al Oscar y al Globo de Oro por su papel de Marion Davies en Mank, y por su interpretación de Elizabeth Holmes en The Dropout.

Sydney Sweeney interpreta a Millie Calloway y también es productora ejecutiva. La vemos constantemente en pantalla en éxitos como Euphoria, Anyone but You (2023); The Voyeurs (2021), The White Lotus: Immaculate (2024); Madame Web (2024).

Brandon Sklenar da vida al «perfecto» Andrew Winchester. Es conocido por su papel revelación como Spencer Dutton en 1923 (Taylor Sheridan; Paramount), precuela de Yellowstone, junto a Harrison Ford y Helen Mirren. También aparece en la adaptación de Sony de la novela superventas Romper el círculo como Atlas Corrigan.

Completan el elenco Michele Morrone, como el enigmático Enzo; y Elizabeth Perkins como la peor suegra de la historia, interpretando a Mrs. Winchester, entre otros.

La película está dirigida y producida por Paul Feig, cineasta, guionista, productor y autor ganador del DGA Award y nominado al Emmy. Es conocido por su estilo distintivo y su buen ojo para descubrir talento.  El guion es obra de la guionista y productora estadounidense Rebecca Sonnenshine.

La película está basada en el éxito de Freida McFadden, autora superventas estadounidense conocida por sus thrillers psicológicos y novelas de suspense de temática médica. Con múltiples bestsellers a su nombre, McFadden se ha consolidado como una maestra del thriller doméstico. Ganó reconocimiento masivo con su novela La Asistenta (The Housemaid, 2022), que se convirtió en un fenómeno viral y dio pie a dos secuelas: The Housemaid’s Secret (2023) y The Housemaid Is Watching (2024). 

La Asistenta recuerda a otras producciones, especialmente a Sirens (2025), la serie de Netflix. A grandes rasgos, es lo mismo: una pareja «felizmente» casada, pero con muchos problemas. El hombre es el «perfecto» y codiciado por todos, mientras la mujer es la «mala» que todos la critican. La esposa consigue una asistenta que la ayude, pero esta vez es una chica joven, rubia y guapísima. Al final él se queda con la chica «nueva» y a ella la tachan de loca. Obviando el lado asesino y torturador, la trama es básicamente la misma. 

Aunque también, en la estética, me ha recordado a El cuento de la criada, especialmente en el cuarto, ya que son casi idénticos. Solo con eso, ya sabes que algo no va bien.

Nadie puede juzgar a Nina. Se intuía que algo iba mal y que era imposible que ella fuera una persona tan inestable. No podemos juzgar su plan con Millie, pero sí podemos aplaudir que, una vez protegió a su hija, volvió para salvar a Millie. Ella no tenía la culpa de no saber que ahora era Andrew quien estaba encerrado y a quien liberó. Aun así, volvió a su casa para salvar a una mujer que le había «robado» el marido. Pero volvió a protegerla.

Tras años de películas con un mensaje «feminista» bastante neutro y correcto, resulta refrescante ver una historia en la que las mujeres no tienen que ser perfectas. Son mujeres llevadas al extremo que se ven obligadas a unir sus fuerzas. Además, de esta oleada de mensajes que dicen que no puedes ser feminista si no eres perfecta, como declaró recientemente Rosalía, se agradece esta visión. 

«No me considero moralmente lo suficientemente perfecta para considerarme dentro de un ismo». Esto fue lo que declaró la cantante. Estamos hartas de que nos digan que somos y que no. Si crees en la igualdad, eres feminista. No hay que ser «perfecta», como intentan hacernos creer. No podemos culpar a Nina por huir y abandonar a Millie, así como nos puede caer mal una mujer, y eso no te hace menos feminista.

Se agradece una película que tenga una buena trama y este mensaje, pero que no convierta ese mensaje en la «bandera» o reclamo principal de la película. 

Ahora vamos al final: la muerte de Andrew. Es una muerte coherente, previsible y anunciada desde el principio, con todas esas advertencias sobre lo peligrosas que son esas escaleras. 

Sin embargo, la forma en que se libran resulta muy forzada. Entiendo que hay muchas víctimas y que se apoyan entre sí, pero si intentan hacer una película que muestre la realidad y los extremos de la violencia, esto me parece algo incongruente.

Al menos Nina y su hija consiguen escapar y huir de ahí. Pero, ¿Millie? ¿Ahora se ha convertido en una viuda negra? Su personaje me resulta demasiado chocante. Es una adolescente capaz de asesinar violentamente a un chico por atacar a su amiga, pero que luego «cae» en todas las mentiras de Andrew, y no duda de que Nina está loca… 

Nos han mostrado a una chica muy desconfianza, especialmente de los hombres, pero que no duda en creerse la imagen del hombre perfecto. Y de repente, ¿luego vuelve a ser esa viuda negra? Si tiene un carácter tan violento y marcado, por mucho que necesite el trabajo, no actuaría así.

Han plasmado dos personajes en un solo rol. Nos explican que todo lo hacen en defensa propia o en defensa de alguien, para que al final su «trabajo» sea acabar con esos maridos maltratadores. O sea, si puede llegar a cuadrar, pero de una forma muy forzada.

Y para interpretar a este personaje, ¿quién mejor que Sydney? En esta película asume un rol que nunca antes habíamos visto: rubia sexy y roba parejas. Al menos en la primera mitad de la película, luego la vemos interpretar un papel mucho más demandante, que logra ejecutar a la perfección.

Es cierto que Sydney, intentó salir del rol que tenía marcado en Euphoria con Cassie, interpretando personajes como con Christy en Immaculate. Pero, al final, siempre acaba interpretando a esta chica rubia algo «boba» y «superficial», que, según sus últimas declaraciones y escándalos, parece no ser solo una interpretación. A pesar de esto, me gusta mucho el final de su personaje y como lo interpretó.

En general, la película es muy completa: grandes actuaciones y giros que, aunque sabes que algo no cuadra, no la convierte en una película previsible. Aunque no es tan sorprendente como muchos piensan, pero aun así mantiene el interés Si la película nos ha dejado un mensaje sería este: no te fíes de un hombre cuya mujer está «loca». Ella no lo está; es él quien las ha llevado al extremo y, encima, quiere victimizarse.

Por elenacvelasco

Estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid.

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