— Imagen de la Fundación Godofredo Garabito y Gregorio del concierto de Hombres G en La Casa Grande de La Mudarra
El artista y compositor español fue nombrado el pasado septiembre patrono de honor de la institución cultural que lleva el nombre de Godofredo Garabito. En este acto se reconoció al vocalista de Hombres G por ser un humanista de la música que ha llevado el español a todos los rincones del globo y se le hizo entrega del Ciprés de honor, máximo reconocimiento de la institución. Todo ello coincidiendo con el encuentro nacional de periodismo ‘Conversaciones en La Casa Grande’

La tercera edición de Conversaciones en La Casa Grande sirvió una vez más para juntar a algunos de los mejores periodistas nacionales en un pequeño municipio de Tierra de Campos a lo largo del fin de semana para intercambiar impresiones sobre el periodismo, la literatura y el estado de los medios de comunicación. El encuentro de este año llevaba por nombre “Argumentos vs sentimientos”.
El evento reunió a las mejores firmas del columnismo español: Ignacio Camacho (periodista y escritor de ABC), Luis Alberto De Cuenca (filólogo, escritor y poeta), María José Solano (escritora, columnista de ABC y cofundadora de Zenda-Edhasa), Sabino Méndez (autor, compositor y guitarrista de Loquillo y los Trogloditas), Diego Garrocho (Jefe de Opinión de ABC, profesor de Ética y Filosofía Política), Rebeca Argudo (periodista y columnista), Alberto García Reyes (director de ABC Sevilla), Agustín Pery (escritor y director adjunto de ABC), Juan Fernández Miranda (redactor jefe de sección de España de ABC), María José Fuenteálamo (columnista ), José María Nieto (ilustrador y humorista gráfico), Puebla (dibujante de ABC y LA VERDAD), Paula Torres (autora), Jeosm (fotoreportero), Jesús Úbeda (escritor y periodista de Libertad Digital y Zenda), Alfonso Ussía (autor y columnista), José Peláez (columnista de El Norte de Castilla y de ABC y colaborador de Onda Cero), Chapu Apaloza (colaborador de Onda Cero, La Razón, The Objective y Diario de Navarra) y Jesús Calero (redactor jefe de cultura de ABC).
La tarde del nueve de septiembre tuvo lugar una tertulia que dio pie al debate entre los periodistas, escritores y personalidades allí congregadas bajo la temática propuesta para este acontecimiento. La Casa Grande también acogió aquel fin de semana la presentación del nuevo libro de Puebla: La ventana indiscreta.
Las charlas en la Casa Grande de La Mudarra están cogiendo mucho vuelo. Los participantes ponen mucho empeño para estar a la altura del entorno maravilloso que conforman el jardín y la propia casa, además del esmero con el que la Fundación Godofredo Garabito y Gregorio diseña las actividades y cuida a sus invitados… Mención especial para la poción mágica de La Casa Grande, una deliciosa sopa de ajo que, como diría la diva María José Solano: “¡Quita el sentío!”
Por cierto, hablar de la Fundación es hablar de la obra de Guillermo Garabito y sus fieles colaboradores, entre ellos Jorge Francés. Además, este año tuve el privilegio de presentar junto a un brillante e inspirado José María Nieto mi último recopilatorio.
Palabras de Puebla en un una publicación de Instagram
El día 10 de septiembre David Summers fue nombrado patrono de honor de la Fundación GGG, sumándose así el cantante de Hombres G al compromiso y a la familia cultural de la que ya forman parte Joaquín Díaz, Concha Velasco, Raúl del Pozo, José María García y José Delfín Val. Su lema, “aunar voluntades”, que resume a la perfección la labor de los ganadores del Ciprés de honor, nace de una de las citas más célebres de Godofredo Garabito y Gregorio, estandarte que da nombre a la institución.
Antes del acto, Jorge Francés (director de comunicación de la fundación) realizó una entrevista al vocalista del grupo más conocido de toda España, que, editada por Pez Volador Producciones, se publicó tres días después en YouTube. En ella, Summers recuerda emotivamente a su padre, crítica el revisionismo que algunos aplican a sus canciones pretéritas, compara el arte de componer con el de escribir columnas de opinión y, finalmente, se alegra de no haber sido pintor.
Durante el acto intervino Guillermo Garabito, presidente de la fundación y vivo seguidor de la estela de lo que fue su abuelo: un columnista grande, generoso y genial (GGG). Con sus palabras fraternales dirigidas al homenajeado, pronunció un breve discurso en el que evocó aquellas viejas carpetas forradas con la foto de David Summers.
Seguidamente, intervino Alfredo Fernández (abogado de la institución), leyó un acta fechada en el mes de abril y en ella manifestó las razones que motivaron la decisión de nombrar al artista merecedor del reconocimiento de forma unánime.
Posteriormente, tomó la palabra el protagonista de aquel singular día con un discurso breve pero cercano. Allí dejó entrever su profunda visión sobre la cultura, bromeó asegurando que él sólo era un hombre que escribía canciones y que la actualidad se la dejaba a los periodistas.
Para finalizar la jornada, como es tradición, el nuevo patrono plantó su propio ciprés en el jardín que, como diría Godofredo en El aura del ciprés me ha dicho, es ese árbol que no quiere ser un trozo de madera recubierto de ramas en un cementerio, sino símbolo de hospitalidad como representan en la cultura latina.
Durante el aperitivo, que tuvo lugar tras la clausura de la entrega del reconocimiento insignia de la fundación, tuve la oportunidad de hablar nuevamente con el vocalista y de paso presentarle a Raúl Revilla (amigo y redactor de este medio), quien unos días antes había escrito sobre Hombres G y que David retuiteó su artículo.
Summers, una vez más, reflejó su ya probada cercanía, expresándole a Raúl su gratitud por difundir de manera ingeniosa la nueva hazaña de los Hombres G y animándole a seguir por esa senda.
David Summers es un hombre procedente del Madrid que fue y siempre me contaba mi madre; del Madrid que antes de hablar miraba a los ojos, daba los buenos días en el metro y paseaba asombrado admirando la arquitectura de la Gran Vía, cual si fuera la primera vez. Madrid, Madrid… como la canción de los noventa. Alberto Garabito y yo supimos que conocía 22minutoscon por aquel artículo de esta revista que publicó en su canal oficial de Twitter.
Declaración de Raúl Revilla
Más de cuatro décadas sobre el escenario y el final aún está igual de lejos que el horizonte
La icónica banda madrileña ha cumplido recientemente cuarenta años de trayectoria y, para celebrarlo, en noviembre de 2022 anunciaron una nueva gira que incluye 40 fechas en España, Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá.
Hombres G sin duda ha logrado una de la giras más exitosas de nuestro país, logrando agotar las entradas de la mayoría de sus conciertos en las diferentes ciudades españolas que han visitado.
Tres veranos y un ciprés
El cuatro de septiembre de 2021, Summers y su familia se acercaron hasta La Mudarra para conocer la casa centenaria que se remonta hasta los Almirantes de Castilla.
Dos lechazos cocinados a fuego lento en el horno de Pereruela de la casa por mi padre y mi hermano mayor fueron el epicentro de una charla que acabó por dividirse en multitud de temas de conversación a lo largo de aquella tarde. La sobremesa estuvo marcada por las anécdotas de cada uno de los presentes: Guillermo, Pablo, Alejandro, Chema y Carolina (mis hermanos), Paloma y José María (mis padres), David, Christine y Dani (la mujer y el hijo del cantante), Jorge, Sandra y demás amigos.

Con el paso de los meses surgió la idea primitiva de realizar un concierto acústico de Summers en lo que fue el hogar de Godofredo y actual sede de la fundación.
El concepto fue evolucionando hasta que una noche de principios de julio de 2022 Guillermo dio la buena nueva: “los Hombres G van a hacer un concierto en La Mudarra”. Por aquella fecha se encontraban de gira en Nueva York y David, a través de un mensaje, le comunicó que la banda al completo estaba de acuerdo en tocar, aun sabiendo que se trataría de su concierto más pequeño en los últimos tiempos. Las entradas no tardaron más de diez minutos en agotarse.
El cuatro de septiembre fue la fecha seleccionada en el calendario para celebrar la actuación de los Hombres G en Tierra de Campos. Aquella mañana me acompañaron Paul y Fran (dos de mis amigos que formaron parte del staff y trabajaron el montaje del escenario).
Aproximadamente a las 16:00 de la tarde, Rafael Muñoz Gutiérrez, Daniel Mezquita, Javier Molina y David Summers llegaron al escenario para realizar la prueba de sonido. Desde el instante en que resonaron los primeros acordes, la atmósfera en el pueblo cambió, envolviéndolo en un entorno único.
Muñoz y Mezquita hicieron resonar el eco de sus guitarras, mientras Molina chocaba sus baquetas en un baile hecho de bombos y platillos. Summers dio voz a las notas de su bajo y, sobre todo, a las de los compañeros que llevan cuarenta años acompañándolo.
A las 20:00, Vila Chinaski dio comienzo a la noche con su actuación como telonero, destacando por su cercanía con el público y representando una elección acertada por parte de la fundación para iniciar el evento, gracias al talento del artista nacido en Valladolid.
A las 21:00 dio comienzo la actuación de los Hombres G al aire libre con la casa nobiliaria del siglo XV como epicentro sonoro del poderío musical de la banda más icónica del pop rock español. Así mismo lo demostraron con la escenificación de sus grandes éxitos: Devuélveme a mi chica, Marta tiene un marcapasos o El ataque de las chicas cocodrilo, pero tampoco dejaron de lado su último álbum, La Esquina de Rowland.
Aquella noche la puesta en escena del grupo fue capaz de unir a cuatro generaciones diferentes en una sola, como siempre suelen hacer. Da igual la edad que tengas: si suena una canción de los Hombres G es inevitable cantar o bailar sus clásicos, y La Mudarra fue el vivo ejemplo de dicha leyenda.
“Cuando se conversa se vive, cuando se vive se ama y cuando se ama se está triunfando”, las palabras de Godofredo Garabito que definen a la perfección la visión de David Summers, quien conserva el talento y las ganas de seguir creando y aprendiendo, las ganas de seguir actuando en un escenario después de cuarenta años de carrera musical y las ganas de seguir amando ese trabajo que le ha otorgado toda clase de hazañas y anécdotas. De ahí el título que le ha dado la fundación como “humanista de la música española” y el reconocimiento como embajador de parte del legado de mi abuelo.