La banda ha ofrecido dos conciertos consecutivos en la capital, haciendo sold out en ambos shows
Tal y como estaba previsto, la lluvia fue una de las grandes protagonistas de la noche, aunque eso no impidió que los de Denver lograrán crear una atmósfera única, en la que cientos de corazones resonaron al ritmo de la música.
El concierto comenzó con “Brightside”, tema que pertenece a su álbum “III”, y con el que el público se entregaba por completo.
A pesar del cielo gris, los relámpagos y la intensa lluvia que parecían presagiar lo peor, The Lumineers continuó tocando sus canciones e incluso se atrevieron a moverse por la pasarela, con instrumentos incluidos, creando así una conexión más cercana con el público.
Uno de los momentos más mágicos de la noche se produjo cuando los tan reconocidos acordes de “Ho Hey” inundaron el recinto, desencadenando una auténtica explosión de sensaciones entre los asistentes.
A continuación sonaron temas como “A.M. Radio”, “Flowers in your Hair”, “Gung Song” o “My Cell”. Ante la sorpresa de muchos, cuando llegó el turno de “Never Really Mine”, Wesley Schultz se bajó del escenario e interpretó la canción junto al público. Otro de los momentos más icónicos lo protagonizó el pianista Stealth Ulvang, que se atrevió a subirse al piano descalzo haciendo todo tipo de movimientos y acrobacias.
Seguidamente la banda entonó “Ophelia”, “Birthday” y “Big Parade”. “Long Way From Home” fue interpretada únicamente por Schultz y para “Donna” apareció uno de los pianistas, mientras el artista se sentaba encima del piano, originando un ambiente de lo más íntimo.
Para culminar la velada, con “Stubborn Love” se desató la locura, el público coreaba el estribillo con gran entusiasmo, un momento de pura euforia que seguro quedará grabado en la memoria de todos los presentes.
Además, algunos afortunados consiguieron atrapar las púas de las guitarras y las baquetas de la batería que lanzaron los miembros de la banda al público como recuerdo de esta noche inolvidable.