Chelsea

El equipo inglés remonta la eliminatoria por la mínima en Londres y estará en el sorteo de cuartos de final de la Champions League

Sucede que las eliminatorias duran 180 minutos y no 90. Y algunos aún no entienden esto, pese a que se lo repitas mil y una veces. En el fútbol nada es imposible y menos aún si se trata de la Champions League, competición caracterizada porque los sueños difíciles se hacen realidad y las realidades tangibles se vuelven repentinamente infiernos terrenales.

Importa poco si el Chelsea arrastra una mala racha de resultados, si los puestos de media tabla en la Premier fotografían las inherentes debilidades de los londinenses, si tienen que remontar la eliminatoria o si su rival no ha perdido un solo encuentro en el año 2023. El fútbol seguirá siendo fútbol y, por supuesto, jamás cesará de hacer lo que mejor se le da: sorprender.

El partido, que dejaba patente desde su inicio el poderío económico del Chelsea en los dos últimos mercados de fichajes -pues 6 jugadores de su once inicial son adquisiciones recientes a golpe de talonario que no estaban presentes en la anterior campaña-, tiñó Stamford Bridge de amarillo. Un enorme grupo de desplazados alemanes fieles al Dortmund, quienes presuntamente enloquecidos con su equipo, provocaron los atascos que terminaron por atrasar diez minutos el saque inicial, decidieron animar a su equipo encendiendo múltiples bombas de humo de color amarillo que entorpecieron repentinamente la visión en el campo durante los primeros compases del encuentro.

Unos primeros 45 minutos de alternancias, desequilibrio y oportunidades para ambos

Comenzó accidentado el primer tiempo, no solo por el retraso inusual, sino también por la lesión tempranera del alemán Julian Brandt, un futbolista que estaba firmando una buena temporada con el Dortmund en la Bundesliga con 8 envidiables tantos -y sin ser un goleador nato-. Fue sustituido por Giovanni Reyna.

Tras la lesión de Brandt, el juego comenzó a ser un poco más fluido y el Chelsea obtuvo el control hasta el minuto 15 aproximadamente. La pieza fundamental que provocó que los blues empezaran a arañar el empate en la eliminatoria fue probablemente Cucurella, adelantándose significativamente para recuperar varias posesiones de balón, muy útiles en los primeros ataques del combinado londinense.

Sin embargo, una falta de Reus peligrosísima en el minuto 16 que terminó desviando Kepa con una parada sensacional con una sola mano simbolizó el cambio de poder en el partido. El Dortmund se repuso, y de qué manera. Durante los doce minutos siguientes, el conjunto alemán parecía estar alcanzando su mejor nivel (ese que lleva arrastrando durante todo el año 2023), pues su estrella, el talentoso Bellingham, estaba entrando más en contacto con el esférico y buscando la forma de romper la línea defensiva del Chelsea.

A partir del minuto 28, en el que un disparo al palo de Kai Havertz (quien ha cuajado un partido francamente fantástico) congeló los corazones de los aficionados dortmundenses, el dominio regresó a poder local.

Joao Félix dejó aún más patente en el 38 de encuentro la superioridad aplastante del Chelsea en los últimos minutos del primer tiempo. El portugués, aún propiedad del Atlético de Madrid, entregó un exquisito pase a Sterling, cuyo tiro fue detenido por Meyer (el portero habitualmente suplente del Borussia, hoy local debido a unas molestias que notaba Kobel). El rechace cayó en manos de Havertz, quien definió sublimemente a la escuadra. Sin embargo, el gol fue anulado por fuera de juego de Sterling al recibir la entrega de Joao.

El Chelsea estaba ya rozando el gol que iba a empatar el global de la eliminatoria. Y ese gol no tardó demasiado en subir al electrónico. Recibió Sterling en el centro del área un balón servido por Ben Chilwell desde la línea de fondo, controló hacia atrás el ex del Manchester City y después, con un potente zapatazo inalcanzable para el guardameta del Dortmund, hizo el primero del partido.

Un penalti que acabó definitivamente con la ilusión del Borussia Dortmund

Corrían los primeros instantes de la segunda mitad, y no fueron menos accidentados que los de la primera parte. Esta vez, en una ocasión que tuvo el Chelsea -quien comenzó mejor que su rival los últimos 45 minutos de eliminatoria, arrastrando las buenas sensaciones previas al descanso-, el árbitro, tras consultar el VAR, decretó penalti en contra de los alemanes por una mano de Wolf que ocupaba un espacio suficiente como para señalar la pena máxima.

El disparo, ejecutado por Havertz con ‘paradinha’ incluida, se estrelló en el poste y fue posteriormente repelido por la defensa del Dortmund. Sin embargo, la polémica estaba servida: el colegiado Danny Makkelie obligó a repetir el lanzamiento; ocasión que esta vez no perdonó Kai Havertz para hacer el segundo.

A partir de ahí, y pese a que el Borussia intentó hasta el final la igualada, perdieron los alemanes la batalla psicológica. Y también la de los nervios, pues según iban avanzando los minutos los futbolistas del conjunto negro y amarillo cometían más errores y se desconectaban más del flujo natural del juego.

En resumen, y pese a que pocos auguraban una derrota del Dortmund en Londres, el Chelsea estará en los cuartos de final de la Champions. A su vez, Graham Potter ha salvado el matchball y, seguramente, continúe como entrenador del club inglés pese a los rumores que hablaban de una posible destitución si hoy no lograba remontar la eliminatoria.

Por Raúl R. Méndez

Sigo creyendo que Jon Nieve debió haberse sentado en el Trono de Hierro. Fan de Hombres G, Taburete y la música pop española en general. Algunos dicen que me asemejo a Peter Parker, aunque juro y perjuro que Nueva York la he recorrido andando. Me enamoré del Atlético de Madrid cuando por primera vez pisé el Vicente Calderón en una gélida tarde de invierno. Y de Rafael Nadal en aquel primer Roland Garros que le vi ganar.