Canciones inéditas, llamativas coreografías y un característico vestuario fueron las herramientas clave para empezar por todo lo alto su nueva gira mundial

Los fans almerienses recibieron el pasado 6 de julio a la famosa cantante catalana en su primer concierto tras la pandemia. Motomami World Tour tuvo lugar por primera vez en el Recinto Ferial de Almería, lo que disparó las reservas de hoteles en la ciudad. Largas colas que llegaban hasta el Estadio de los Juegos Mediterráneos calentaban el ambiente para la llegada de la superestrella musical a las 22.00 horas. Se respiraba expectación y ganas de cantar y bailar por primera vez en vivo el álbum Motomami al completo. Dicho proyecto rompió récords desde un principio en todas las listas y se posicionó como álbum número uno en todo el mundo durante meses.

La euforia se desató cuando sonaron los primeros motores ya que el público supo así que la aclamada cantante estaba a punto de salir. Con su estética futurista y motera, irrumpió en el escenario al ritmo de Saoko, una de las canciones más criticadas pero finalmente una de las favoritas de los fans.

Rápidamente se ganó el cariño del público, el cual cantó fielmente los temas de la artista. Las primeras canciones fueron acompañadas de alegres y enérgicas coreografías, mostrando el estilo de este nuevo proyecto de Rosalía, bastante diferente a su disco El mal querer, que la catapultó a la fama.

Sin embargo, en Dolerme se produjo un cambio de luces y ambiente, volviéndose mas íntimo. Rosalía defiende este tema sola, al ritmo de la guitarra. Es una canción muy personal que escribió durante la cuarentena, y había mucha expectación por oírla en directo.

Confesó al público almeriense la ilusión de tocar en la ciudad donde veraneó de pequeña, tierra de artistas como David Bisbal o Tomatito, uno de sus referentes en la música.

La artista alterna temas del nuevo álbum con clásicos como Malamente, Pienso en tu mirá, o Con Altura. Del mismo modo, llevó a escena un divertido remix de canciones de reggaeton con algunos de sus singles. Es el caso de TKN o Yo x ti, tu x mi.

Fusionó el flamenco con ritmos más urbanos acompañada de su gran equipo de baile, sin dejar de lado su elegancia y carisma natural. Así mismo se mostró muy cercana y agradecida con los fans, leyendo pancartas como “Ser una popstar nunca te dura pero ser una motomami (haciendo referencia a su canción Sakura). Y es que Rosalía es una de las pocas artistas capaz de juntar estilos tan dispares como son el flamenco, el futurista, el otaku y el reggaeton y conseguir tal resultado, llegando a los oídos y corazones de personas de todas las edades y lugares.

A pesar del sentimiento emotivo y lento de algunas canciones y de las emociones a flor de piel, ofreció divertidos momentos que mantuvieron al público pendiente de ella hasta el final. Así ocurrió cuando apareció subida en patinete junto a sus bailarines mientras cantaba Chicken Teriyaki, o cuando éstos formaron una moto humana en la que se subió para interpretar su canción homónima al álbum, Motomami.

Por si esto fuera poco, regaló al público una serie de canciones inéditas, como Aislamiento. Todas y cada una de ellas fueron escuchadas con total atención y recibidas con vitoreos y aplausos.

Tras el rompedor concierto dejó claro que hace las reglas para romperlas ella misma, que no se la puede encasillar y que siempre es un éxito cualquiera de sus proyectos, porque como recita en Bizcochito: “No basé mi carrera en tener hits, tengo hits porque yo senté la base”.

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