Rocío Wanninkhof, una joven de 19 años que desapareció en la provincia de Málaga el 9 de octubre del 1999. Pese haber una aparente culpable, Dolores Vázquez, otro asesino con las misma características tuvo lugar años después. A día de hoy, sigue habiendo lagunas del caso y colaboradores en las calles.

En la tarde del 9 de octubre de 1999, Rocío decidió quedar con su pareja en la feria de Mijas. Poco después, su madre denunció la desaparición, poniéndose en marcha una búsqueda con gente procedente de todo el país. La guardia civil alertó a la familia que estaban investigando a una posible sospechosa, Dolores Vázquez, expareja de la madre de Rocío. El caso obtuvo mucha repercusión mediática, publicándose en una gran cantidad de medios y creando una opinión pública muy negativa entorno a Dolores. Según testigos, tanto de la familia como de personas cercanas, todo se atribuía a una mala relación entre Dolores y la fallecida, que la impedía tener una relación con su madre.

Alicia Hornos, Rocío Wanninkhof, Dolores Vázquez, Sonia Caravantes y Alexander King

Dolores Vázquez defendió en todo momento su inocencia, negó la supuesta mala relación con la víctima y las acusaciones de toda la familia hacia ella. Sin embargo, las pruebas apuntaban a que era culpable, debido a que testigos afirmaban haber visto a Dolores salir de casa a una hora similar a la de la desaparición. Posteriormente, ella declararía que había ido a comprar tabaco, acción que realizaba habitualmente y a la misma.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, forenses, fiscales y jueces, no consiguieron pruebas para incriminar a Dolores Vázquez, simplemente indicios de lo que fue el asesinato. El juicio se realizó a través de un jurado popular, alimentado por las declaraciones homófobas de los medios de comunicación. Estos junto a miembros de la sala defendían la acusación en justificaciones que afirmaban que su sexualidad podía afectar a su comportamiento desarrollando actitudes violentas debido a sentimientos reprimidos.

Documentos del juicio emitidos en el documental “El Caso Wanninkhof” de Netfilx

Se obtuvieron pruebas que coincidían con tejidos de un jersey de poliéster, este descubrimientos supuso un punto de inflexión para sus acusaciones, pero finalmente se descartó por lo habitual que es este tipo de telas. Finalmente fue condenada, pasando 17 meses en la cárcel de Alcalá de Guadaira. Sin embargo, fue puesta en libertad debido a que el Tribunal de Justicia Superior de Andalucía considero su juicio nulo y ordeno la repetición del mismo, pero nunca llegó a celebrarse por su exculpación por el descubrimiento de una coincidencia de ADN en el cadáver de Rocío y en el de Sonia Caravantes.

Años mas tarde, en Conil, desapareció otra joven de características parecidas, Sonia Caravantes, replanteando el Caso Wanninkhof y buscando las posibles conexiones entre ambos casos. Durante un forcejeo entre la víctima y el asesino, ella arrancó tejidos de la piel con los que se pudieron hacer pruebas de ADN. Las pruebas coincidieron con las de una colilla de cigarro que encontraron en la escena del crimen de Rocío, siendo el punto y final de las acusación hacia Dolores Vázquez.

Un nuevo nombre aparecía en escena, Tony Alexander King, un británico acusado de violar y estrangular a varias chicas en su país de origen. Las autoridades británicas, durante la investigación del caso Wanninkhof, pusieron en alerta de su residencia en la Costa del Sol. Sin embargo, no tuvo relevancia durante la investigación debido a que ya había cumplido su condena y no había ninguna orden de investigación sobre él.

Rocío Wanninkhof y Sonia Caravantes

Durante el proceso judicial apareció otro nombre, Robert Graham, una amistad carcelaria del asesino, quien habría ayudado a King durante los ataques. La aparición del caso en la prensa desencadenó la declaración de tres mujeres que afirmaron haber sido violadas por él en la costa malagueña durante sus años en libertad. A pesar de las acusaciones únicamente iba dirigidas a Tony Alexander King por el asesinato de las dos jóvenes, en la sentencia reconoce haber obtenido ayuda para realizarlos. De tal manera, que nadie más obtuvo una responsabilidad penal y Graham quedó en libertad sin cargos.

Durante el segundo proceso judicial, la guardia civil y la policía se empeñaron, de manera equivoca, en buscar pruebas que relacionaran a Dolores con ambos asesinatos. El documental muestra algunas de las anécdotas en relación a ello; en la segunda detención de Tony Alexander King fue sometido a una prueba de hipnosis con la finalidad de encontrar respuestas, el acusado repitió insistentemente el nombre de “Dolly” que se intentó vincular a “Loli”, estas pruebas fueron desestimadas por el juez. El empeño de la autoridades supuso una cuartada perfecta para que Tony involucrara a Dolores Vázquez de nuevo en el caso. Sin embargo, se demostró que ambos no habían tenido ningún tipo de relación, pese a coincidir de forma esporádica en el lugar de trabajo.

Una de las teorías que se exponen en el documental es el posible pago por la inculpación o exculpación de los responsables. Otro suceso extraño ocurrió tras la puesta en libertad de Dolores Vázquez, cuando apareció una bolsa con colillas con su ADN junto a la ropa interior que supuestamente había llevado Rocío el día de su asesinato. A pesar de su las extrañas circunstancias nunca se llegó a investigar quién había puestas estas “pruebas” en la puerta de la casa de la familia de la fallecida.

Ayer, Telecinco emitió el primer capitulo de este caso donde, por primera vez, Dolores Vázquez relata cómo vivió esos duros años de su vida. Una condena pública y un juicio injusto por los que no ha recibido disculpas. Ella misma reconoce haber pedido ayuda a la madre de Rocío, desde la cárcel, para que ayudar a encontrar al verdadero culpable.

En la plataforma de streaming HBO Max se puede encontrar al completo esta serie documental, con una conversación entre Dolores y Toñi Moreno, una periodista cercana que confió desde el principio en su inocencia. Vázquez reconoce que nada ha sido igual para ella. Tuvo que vender su cas, siendo incapaz de rehacer su vida sentimental lo que le ha supuesto ver uno de sus sueño frustrados: ser madre.

Cartel oficial del documental producido por HBO Max

Acepta el perdón de la sociedad y el jurado popular, declarando que no les culpa de nada. Sin embargo, siguen esperando por el de la administración pública y las fuerzas y cuerpo del Estado, que a día de hoy no ha recibido por los daños causados. Además se le negó la indemnización que solicitó de cuatro millones de euros, aunque se le reconoció una de 120.000€ que nunca llegó a recibir. Ella tuvo que correr con los gastos de un juicio donde quedo absuelta por un error que la justicia reconoció.

Ahora vive de algunos ahorros por la venta de su casa, además de una pensión de algo más de cuatrocientos euros que recibe mensualmente por haber cuidado de su madre. Tras recuperarse de un ictus, aclara que quiere que lo que le queda de vida transcurra con tranquilidad.

Toñi Moreno en una entrevista a Dolores Vázquez

En el otro lado de la historia se encuentra Alicia Hornos, madre de Rocío, quien sigue convencida que Dolores es la asesina. Además, la recrimina que no se haya puesto en contacto con su familia para pedir perdón o para hablar con ella y saber si está mintiendo o no. Y a pesar de reconocer que fue el amor de su vida, tanto ella como su abogado, García Montes, pide la repetición del juicio contra Dolores Vázquez, basándose en la sentencia de Alexander King la cual afirma la participación de terceras personas, supuestos colaboradores que aun siguen en libertad.

Por Ch Newes