La Rabiosa Teatro presenta, entre llantos, risas y pavor, esta reinterpretación tragicómica de las princesas Disney, que nos invita a reflexionar sobre los valores sutilmente inculcados en nuestro imaginario y que tanta violencia ejercen sobre las mujeres.
Se abre el telón: Cenicienta está en su castillo organizando su despedida de soltera. Mientras espera a sus invitadas, nos relata la historia de su vida. Su marido la abandonó (dejándole sola con cuatro hijos y una madrastra detestable); se pasa el día limpiando y ordenando, deseando una vida mejor. A lo largo de este monólogo, que luego se convierte en diálogo con otros dos personajes (la madrastra y Bella, la mujer de la bestia), Cenicienta se ve invadida de pensamientos intrusivos cada vez más oscuros.
La obra, acorde con los valores de la compañía chilena, se centra en el papel que se les ha obligado a cumplir a las mujeres y por el cual sufren una inevitable disonancia. Cenicienta es consciente de su posición en la sociedad y lucha constantemente por cumplir con las expectativas que se la han impuesto, pero el sufrimiento que le causa vivir una vida que no ha elegido es tan grande que cae en un delirio que le lleva a actos radicales. Aunque la obra se enfoca en la violencia patriarcal, abarca temas tan profundos como la identidad, las relaciones sociales e incluso la propia naturaleza humana.
Las actuaciones de Paulina Díaz Celery, Juan Calderón y Javier Ubilla no dejan indiferentes a nadie, siendo lo más destacable de la obra. Los actores van transportando al público por un ambiente inquietante entre lágrimas, carcajadas y sustos. Aunque es el elenco quien se lleva la palma, también son dignos de mención el vestuario y el maquillaje de los personajes así como la puesta en escena, que juega constantemente con mezclas de música, silencio y luces de colores.
Con una mezcla de humor negro, voces estridentes y un lenguaje burdo, los diálogos llegan en muchas ocasiones a un punto absurdo y frenético, remarcando el lado sarcástico de la obra. Los personajes son totalmente excéntricos y delirantes, y se mueven a través del escenario de forma caótica pero extrañamente coordinada.

Con todo, El delirio y la princesa es una lograda performance y crítica social, que abarca temas muy actuales y cuyo mensaje queda calado hasta después de finalizar la obra. Es también todo un espectáculo de actuaciones impecables, un buen guión y una escenografía a la altura de los personajes que se mueven en ella. La obra fue muy bien recibida por el público en su estreno, el cual no dejó de sorprenderse y reír a lo largo de toda su duración (llegando en ocasiones a paralizarse por la tensión).
La obra se presentará todos los jueves de septiembre (9, 16, 23 y 30) a las 21 horas en la sala AZarte de Madrid (Calle San Marcos 19). Las entradas pueden comprarse en taquilla u online, a través de la web del teatro o la plataforma Atrápalo.