Más de dos meses después el esférico volvió a rodar por los campos de España, dando comienzo una nueva edición de La Liga Santander. Tras un verano de Eurocopa, donde el espectador no ha acusado tanto la espera, miles de rumores de traspasos, y mucho trabajo de oficina por parte de los presidentes de los clubes, comienza el juego de verdad, los goles y la emoción.

Vuelve el público a los estadios

Posiblemente esta sea la mejor noticia que ha deparado esta primera jornada, los aficionados han podido volver a las gradas y apoyar a sus equipos. Entre protocolos y estrictas medidas, los jugadores han podido sentir el aliento de su afición, hecho que en la mayoría de estadios llevaba año y medio sin ocurrir. Pese a ir a la cola de otras ligas europeas, donde se pueden apreciar gradas abarrotadas y pocas medidas de seguridad, es una buena noticia que por fin los estadios empiecen a cobrar vida, y las frías sillas vuelvan a ser ocupadas por hinchas llenos de historias e ilusión.

Una inauguración histórica

Cada comienzo tiene su historia, pero el de esta Liga Santander ha conseguido romper un récord absoluto: tener la expulsión más rápida de la historia de la Liga. No corría el segundo 31 en Mestalla, cuando en el partido inaugural Hugo Guillamón, jugador del Valencia hizo una dura entrada a Nemadja Maksimovic, que le valió para ver la tarjeta roja. No abandonó el terreno de juego hasta el minuto tres, pues el colegiado del encuentro, quien en un principio señaló la tarjeta amarilla, fue llamado desde el VAR para que considerase su decisión, concluyendo en una expulsión que pasará a los anales de la historia hasta que alguien sea capaz de superarlo.

No fue la única expulsión de la jornada, que si bien no gozó de una exagerada polémica arbitral, si fue bastante propensa a las tarjetas, con un total de 51 tarjetas amarillas y tres expulsiones más, que fueron cinco, hasta que el Comité de Árbitros decidió retirar a Foyth y Cabaco una de sus tarjetas amarillas para que pudieran disputar su siguiente encuentro, argumentando que no había razón suficiente en sus acciones para un castigo tan severo.

Los candidatos no se arrugan

Como es habitual en cada edición, un número limitado de equipos son los que parten con el cartel de favorito para llevarse el título liguero. Real Madrid y Barcelona llevan décadas apareciendo en las quinielas, a las que se sumó el año pasado el Atlético de Madrid, que realizó una campaña impecable que le permitió alzarse con el trofeo. A estos tres candidatos se sumó uno sorpresa, el Sevilla, quien estuvo cerca del tercer puesto ostentado por el Barcelona y pudo luchar el campeonato casi hasta el final, pero sus fuerzas fallaron y se vieron relegados al cuarto puesto. Pese a esto su cartel sigue siendo discreto, pero prometen dar muchas alegrías a su afición, y quién sabe si esta puede ser el campeonato.

El Real Madrid fue el primero en superar la prueba; contundente victoria frente al Alavés, únicamente empañada por un error de Militão que provocó un gol del contrario. Atlético y Barça fueron los siguientes, y aunque el equipo madrileño estuvo contra las cuerdas frente a un aguerrido Celta, que vio como Iago Aspas fallaba a puerta vacía, el Barcelona convenció en su debut dentro de la ciudad condal, empezando una nueva época post Leo Messi y con Braithwaite como héroe inesperado, que entre rumores de su marcha del club aprovechó para reivindicarse y anotar un doblete. Por su parte el Sevilla, con varias bajas por protocolo COVID sobre las que el club está actuando con cierto ostracismo, venció sin dificultades al Rayo Vallecano, siendo el único de los cuatro aspirantes que no encajó ningún gol.

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