Esta miniserie de Antena 3 emitida en 2008, muestra las prácticas llevadas a cabo en un reformatorio, en el que los jóvenes eran maltratados

Una granja en el norte de España y nada en 70Km a la redonda fue donde se grabó la serie basada en hechos reales de Atresmedia. Dos chicos y tres chicas son internados por distintos motivos: drogas, faltas de respeto, incluso acciones que llegan a ser delitos. Ante la desesperación de sus padres por no poder hacer nada por sus hijos, descubren los campamentos Nuevo Amanecer, donde les aseguran que serán capaces de reformar a cualquier joven a través de sacrifico, esfuerzo y trabajo.

En realidad, la directora del centro lo que quiere es venganza por un pasado, que los internos de su reformatorio nada tienen que ver. Junto su marido y un empleado harán lo posible para que los jóvenes tomen una nueva vida idílica como sus padres lo desean.

Los jóvenes se ven obligados a trabajar mucho y dormir poco, en jaulas como si de una perrera se tratará. Si algo no les convence a los “educadores” pueden ser castigados en otras jaulas más pequeñas o ser mojados con cubos de agua tapándoles la cabeza. Escenas angustiosas que hasta al espectador le falta aire al verlas.

Uno de los jóvenes, decidido desde el principio a escapar, decide aprovechar un descuido para hacerlo campo a través, pero sin saber donde ir, es sorprendido por el empleado de Nuevo Amanecer y castigado a ser atado por los pies y bañado en aguas de la cisterna… Poco a poco las cosas se van complicando por ambas partes… ante una mano aún más dura por parte del centro, los jóvenes sacan más fuerza para desacatar órdenes, lo que les llevara a organizar una escapada conjunta. Pese a tener todo a su favor los tres responsables del centro no permitirán que en su mejor momento ellos se les escapen y los delaten.

La otra cara de la historia

Time Out era el nombre real del reformatorio que acogía a jóvenes entre 14 y 17 años provenientes de Suiza, país que financiaba tal organización. En la localidad Gerundense de Sant Llorenç de Muga, se encontraba la granja (Can Gener) en la que encerraban a los jóvenes hasta ocho horas en jaulas para jabalíes. Los padres de los internos pagaban hasta cuatro mil euros al mes para que “reformaran” a sus hijos, evidentemente estos padres eran ajenos a tal maltrato.

“La Granja”, masía donde sucedieron los hechos

Una denuncia ante la policía autonómica, permitió detener a los encargados del centro, aunque quedaron en libertad con cargos.

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