Carlos G-Vaso y Joaquín Montoya, la formación original del dúo Azul y Negro, se vuelven a juntar después de veintiocho años para ofrecernos su nuevo álbum: Perseverance. En este artículo repasamos la historia del dúo y nos adentramos en su tan esperado nuevo disco. Después de cuarenta años, Azul Y Negro continúan con lo que mejor saben hacer: crear éxitos.
Carlos G-Vaso trabajaba como músico de sesión a comienzos de los ochenta en el estudio de Luis Cobos. Por esa época era ya un hábil guitarrista, habiendo formado parte del grupo glam Greta, cosechando un gran éxito con el LP Gira, Gira. Pero fue mientras grababa el álbum póstumo de Nino Bravo en los estudios de Luis donde conoció al exitoso productor español Julián Ruiz, quien estaba produciendo en ese momento a interesantes artistas como Tino Casal o La Orquesta Mondragón.
Julián se fijó en la maestría de Carlos con la guitarra y quiso contar con él para sus producciones, grabando así los dos primeros discos de Casal (Neocasal y Etiqueta Negra) entre otros. Tras Neocasal Julián le propuso hacer un proyecto relacionado con la música electrónica, algo de lo que Carlos no controlaba mucho pero Julián le instruyó, mostrándole discos y artistas que seguían esta corriente en Europa.
Carlos se compró un sintetizador pero en seguida se dió cuenta de que necesitaba a su lado a alguien que manejase los teclados con mayor destreza. Tras varias opciones recordó a Joaquín Montoya, un hábil pianista clásico pero que había tenido contacto con sintetizadores y con quien había trabajado en su ópera rock Gloria In Excelsis Diablo. Joaquín aceptó a cambio de no tener que moverse de Cartagena, su ciudad natal.
Tras la grabación de la primera maqueta con los sencillos La Torre De Madrid y No Controlo Nada, la compañía Fonogram da el visto bueno para comenzar a trabajar en un LP.
Así, su primer álbum La Edad De Los Colores lo grabaron para el sello Fonogram en los estudios de Luis Cobos, con Tino Azores como ingeniero de sonido, lugar donde Julián Ruiz llevaba a cabo sus producciones. El proceso de composición era curioso, pues se hacía a distancia. Carlos grababa las guitarras y le enviaba la cinta de casete a Joaquín por correo, quien añadía entonces los teclados. Todo esto llegaba a Julián y decidía si le gustaba o no. Posteriormente, durante el proceso de grabación ya no había lugar para la composición aunque en el estudio sí se trabajaban los arreglos. En raras ocasiones se cambiaba la estructura de una canción.

No Controlo Nada y La Torre De Madrid fueron los dos primeros singles del disco, grabándose también en inglés para su publicación en Holanda. Para el segundo single eligieron La Catedral De Sal y La Última Estrella.
El nombre del grupo, idea de Julián, proviene de los colores de las camisetas del Inter de Milán, aunque también da mucho juego pudiendo hacer referencia a los colores de los cables de la corriente eléctrica.
En 1982, tras el gran éxito de Me Estoy Volviendo Loco como sintonía de la Vuelta Ciclista, decidieron añadirlo al LP en una reedición y versión maxisingle. Esta fue la primera sintonía de La Vuelta en español, compuesta exclusivamente para este evento, propuesta de la compañía Polygram y con un coste de un millón de pesetas para presentarla al concurso. El éxito de la canción llevó a una reedición del álbum completo e hicieron una versión en inglés, Going Crazy, para su publicación en diecisiete países de Europa, Japón, América y Austria.

Para la presentación de este disco fue muy novedosa la puesta en escena, estando solamente Carlos y Joaquín con dos bailarinas, tocando ambos en riguroso directo. Debido a su perfecta ejecución, la reacción fue inmediata, teniendo al poco tiempo sobre la mesa numerosos contratos.
En 1982 se graba también su segundo álbum, La Noche, más encaminado al tecno que el anterior. Este álbum se grabó en Audiofilm con el técnico de sonido Luis Fernández Soria y se publicó en 1983. La composición fue conjunta, reunidos Joaquín y Carlos en La Manga del Mar Menor. Julián Ruiz, tras escuchar la maqueta del single La Noche, supo que sería un número uno. Y lo fue. Se convirtió en el álbum de referencia del tecnopop español.

The Night (La Noche) sería el gran éxito definitivo. Se bailó en importantes discotecas londinenses y neoyorquinas, como el Estudio 54. Incluso entraron en las listas de éxitos británica como importación italiana debido a una confusión. En 1987 este fue el tema que más derechos de autor recaudó en la SGAE, incluso por delante del Concierto de Aranjuez.
En ese mismo año se publica también Digital, una recopilación y remezcla digital de sus dos anteriores trabajos. Tuvo una gran acogida incluso en otros países como Alemania, donde los integrantes del grupo Kraftwerk quedaron maravillados con Me Estoy Volviendo Loco. Ese año editaron también un maxisingle como sintonía del Tour de Francia.

Digital permaneció veintidós semanas en la lista de superventas y fue premiado como el LP más importante del año, llegando a disco de oro en una época en al que la industria discográfica estaba en grandes crisis. Azul Y Negro fueron el grupo nacional que más singles vendieron en 1983.
Al año siguiente, en 1984, grabaron su cuarto álbum, Suspense, en los estudios Audiofilm. Fue un nuevo cambio de estilo en este grupo, que se negaba a encasillarse en uno concreto. Sin embargo, se retrasó la publicación del mismo debido a los éxitos que seguían teniendo con La Noche y Digital. Con el primero rozaban las cincuenta mil unidades.
Suspense fue un trabajo más “humano” en el que se disimulaban los secuenciadores y rompían con la acusación de realizar “música de laboratorio”. Su primer single, El Hombre Lobo, era quizá el que más recordaba a los éxitos anteriores. La producción fue de Julián Ruiz y la digitalización se llevó a cabo en Tape One (Londres) por Geoffrey Resche, siendo Luis Fernández Soria el ingeniero de sonido. Este disco estuvo más de veinte semanas en la lista de superventas y, además, fue el primer disco español que se publicó en formato CD, incluso cuando absolutamente casi nadie disponía de un reproductor de CDs en su casa. Sin embargo, después de este volvieron al vinilo.

Pero Suspense no tuvo los éxitos deseados y pusieron toda la carne en el asador con el siguiente trabajo: Mercado Común, grabado en Londres. Se volvió al estilo de los dos primeros LP. En el disco tocaron únicamente Carlos y Joaquín. Los sencillos fueron: Números Rojos, Miedo Al Teléfono y Semilla Glacial.

En 1986 crean el álbum Babel, volviendo al concepto tecno de su álbum La Noche donde encontramos canciones pegadizas sin mucha letra pero con abundante sintetizador. Para el álbum trabajaron en el novedoso estudio madrileño de Jesús Gómez: Dowbletronics. Este sería el último álbum producido por Julián Ruíz. Los dos primeros singles fueron Vuelva Usted Mañana y Koto. El nombre del disco se debe a la gran mezcla de estilos musicales que en ese momento había en España.

Al año siguiente abandonan Polygram, su discográfica. La compañía, al ver que las ventas habían bajado, comenzó a pedirles versiones de música clásica, algo a lo que ellos se negaron, pidiendo la carta de libertad y haciéndose independientes. Carlos y Joaquín querían seguir tocando, los directos funcionaban bien y decidieron probar con la discográfica Blanco Y Negro, grabando algunos maxisingles sin Julián Ruiz a la producción. El primero de ellos se lanzó en 1988, llamado Es El Colmo. Fue producido por Azul Y Negro para Élite Productions y grabado en el nuevo estudio de Luis Cobos: Circus. El segundo maxi, No Smoking, se publicó en 1989. Pero las actuaciones cada vez eran menos y deciden tomar un descanso, con cinco años de distanciamiento entre ellos.
Volvieron a grabar juntos en 1993, publicando el nuevo álbum De Vuelta Al Futuro para Sonorecord. Sin embargo, no logró tener mucha repercusión pese a volver a ser sintonía de la Vuelta Ciclista con la canción Two-Pa-Ká. Esta fue la última vez que Carlos y Joaquín grabaron juntos, encontrando entre ambos grandes diferencias de concepto musical.

En 1998 Carlos vuelve al mercado discográfico con su propia infraestructura para crear discos de forma independiente: Technovisión (estudio de grabación), VASO MUSIC (sello independiente), GVEM (editorial musical) y Photo Media Design (diseño gráfico). Grabó y edito varios álbumes de diversos artistas, incluídos suyos en solitario. Joaquín colaboró en esos años con Julián Ruiz en diversos proyectos y formó la Piccolíssima Orchestra en la que interpretaba éxitos italianos de los años cincuenta.
Una propuesta a Carlos de participación en el festival “La Noche Tecno 80” le hizo querer retomar las actuaciones con Azul Y Negro y participar en él. Joaquín no se mostraba dispuesto y Carlos pensó en José Antonio Álvarez, director de la revista Future Music y Computer Music en la que Carlos participaba escribiendo artículos. Regrabaron cinco temas para el disco promocional: Me Estoy Volviendo Loco, The Night, No Tengo Tiempo, No Controlo Nada y La Torre De Madrid. Llegaron a regrabar un total de doce canciones. Desgraciadamente el festival Noche Tecno 80 no pudo llevarse a cabo, pero la nueva formación de Azul Y Negro ya estaba manos a la obra y grabaron en 2002 su CD Recuerda, con una gran acogida por parte de los fieles seguidores. Se trabajaba también en la creación de otros doce temas nuevos que formaron el completo de Mare Nostrum.

Con la experimentación del sonido surround 5.1 dentro del estudio editan su nuevo CD ISS (Incursión Sonora Surround/ Incursión Sonora Stereo). Volvieron a ser pioneros en la música española siendo los primeros en editar un álbum con la técnica surround 5.1. Con en nonstop show Digital Night retomaron los escenarios con todo tipo de efectos sonoros y visuales.

En 2004 lanzan el nuevo single Radiante y en 2005 sale a la luz VOX, su nuevo disco cuyo nombre hace referencia a la enorme presencia de voces y guitarras en él. Aunque, tras varios conciertos, José Antonio decide no continuar con el proyecto de Azul Y Negro por incompatibilidad con sus causas laborales. Carlos decide continuar la formación en solitario con Jose Valencia “Ícaro” como acompañante en los directos.

El 10 de marzo de 2008 sale a la venta Deja Vu, un álbum en formato digipack con un CD junto al videojuego Deja Vu Invaders. Este año también se lleva a cabo el álbum Vision, publicado el 10 de octubre.

En diciembre de 2011 sale a la luz un nuevo álbum: Retrospective, con una recopilación de catorce temas de los ochenta que aún no se había regrabado.

Pese a la crisis discográfica que se estaba viviendo en el momento, en 2012 se publica Crystalline World, con una cercanía al rock progresivo donde se incluye una ópera rock compuesta por Carlos en 1974.

En 2013 un fiel seguidor, Carlos López Leal, se incorpora al proyecto de Azul Y Negro. Tras varias giras, en 2015 editan Locations, un nuevo álbum donde también se pueden encontrar composiciones de Carlos López.

En mayo de 2020 se produce el reencuentro de Carlos y Joaquín después de veintiocho años. Tras pasar la COVID-19 ingresado en la UCI, Carlos se da cuenta de que su relación con Joaquín tenía que retomarse, que las pequeñas diferencias no podían separar la relación. Joaquín también quiso contactar con Carlos al enterarse de su situación.
Tras el alta hospitalaria, Carlos quiso volver a tocar y componer. Había pensado retirarse de la música pero su estancia en el hospital le hizo volver a tener ganas de continuar con su pasión.
Así, el 2 de julio de 2020 Carlos publica en su Facebook una foto con Joaquín mostrando su reencuentro. El 8 de marzo del año siguiente se anuncia en esa misma red social que el nombre del nuevo disco que están preparando ambos miembros será Perseverance, ganador en la votación frente a los otros dos posibles nombres: 40 o Renacimiento. Cuatro días después se sube a YouTube la preescucha del disco aunque algunos highlights se reservan para quienes compren el álbum. El lanzamiento estaba previsto para el 20 de abril pero, debido a la pandemia, tuvo que retrasarse al día 22.
Perseverance ha sido creado exclusivamente por Carlos y Joaquín. Cuenta con doce temas inéditos y con la melodía como pilar fundamental, algo que actualmente se está perdiendo dentro del panorama musical. Se han empleado para grabar viejas máquinas y sintetizadores como: Hammond B-3, Gran Piano, Jupiter 8, samplers, Korg MS-20, Roland Vocoder, Caja de Ritmos Roland CR-78, Roland SPD-20 y Casio VL-Tone junto con arpegiadores, secuenciadores y las guitarras más exclusivas. Las imágenes de la portada y contraportada fueron cedidas por la NASA.
Este álbum, producido por Azul Y Negro y editado por Vaso Music, nos devuelve a esas sonoridades de los años ochenta que los fans del dúo tanto añoramos. Hay muchos motivos autoreferenciales en las canciones, un ejemplo de esto lo encontramos en la Coda de la primera canción, El Reencuentro, que nos remite a la introducción de Me Estoy Volviendo Loco, algo hecho con toda la intención por parte del dúo.
La Escalera es sin duda uno de los hits del disco, con una letra muy inspiradora. Se nota a lo largo de las canciones la experiencia compositiva que ambos músicos han adquirido durante todo su bagaje artístico. Cada canción es diferente, única, un mundo en sí misma, lo que permite que los fans tengamos que escuchar atentamente el disco más de una vez para poder captar toda la información que está sonando. Es un lujo que un disco permita hacer varias escuchas sin aburrir al oyente porque ésta es la esencia de la creación musical. Las armonías son complejas y diferentes junto con una búsqueda de sonidos contrastantes y novedosos, notándose el conocimiento que Carlos y Joaquín tienen de los instrumentos que utilizan y las posibilidades de los mismos.
Azul Y Negro fue el primer grupo en España que empezó a hacer música electrónica o tecnológica. Se había hecho en otros países pero en España no había ningún grupo que utilizase sintetizadores, cajas de ritmos, Vocoder…. Tuvieron éxito porque la fusión de carácteres y puntos de vista de ambos miembros les dio a las composiciones algo especial. Fueron innovadores incluso en los directos, tanto en sonido como en efectos. Tocaban los dos con todos los aparatos y la gente no se lo creía, les parecía imposible que dos personas lograran hacer una interpretación en directo con tanta calidad como la que tenían. En directo no llevaban batería acústica porque era difícil de sonorizar. Usaban, en su lugar, una caja de ritmos. El bajo lo tocaban con los pies. Para ellos el sonido era vital, debía impresionar. Incluso en algunas salas llevaban sonido cuadrafónico y la gente se quedaba sorprendida.
Sin embargo, el tiempo pasa y la buena música queda relegada por ritmos simples pero pegadizos y producciones vulgares cuyo único objetivo es recaudar dinero, dejando la importancia de la creación musical en último lugar. Carlos en una entrevista reciente diría: “Tino Casal y Azul Y Negro somos los grandes olvidados de la década de los ochenta, el tratamiento por parte de los medios siempre ha sido injusto.”
Este reencuentro, los cuarenta años de la formación y la salida de Perseverance al mercado nos dan ciertas esperanzas y ciertos ánimos para seguir creyendo en la música de calidad, en el trabajo bien hecho y, especialmente, en la música como algo que sigue mereciendo la pena.