Eurovisión lleva décadas formando parte de nuestra vida. Este año Blas Cantó defenderá “Voy a quedarme” en una final muy esperada tras la cancelación del Festival el año pasado por la COVID-19. Si quieres saber más sobre la historia de Eurovisión y todo lo que hay detrás de la canción que representará a España, ¡sigue leyendo!

El ex presidente de la Unión Europea de Radiodifusión, Marcel Bezençon, inspirándose en el Festival de San Remo, idea en 1956 el Festival de la Canción de Eurovisión, con la finalidad de unir por unos instantes a los países europeos mediante un elemento común: la música. Así mismo, también había un deseo en aquella época de probar los límites a los que la tecnología podía llegar, intentando transmitir dicho festival en vivo por todos los países participantes. De hecho, en las primeras ediciones la señal tuvo que ser enviada mediante microondas, pues las emisiones por satélite no existían. La tecnología siempre fue (y sigue siendo) un reto para este evento europeo. El nombre de Eurovisión fue empleado por primera vez en 1951 por el periodista George Campey

Durante los primeros años participaron artistas ya ampliamente reconocidos tanto en su país de origen como, incluso, fuera de él. La parte instrumental de las canciones se tocaba en directo por una orquesta, siendo algunas ya populares incluso antes de presentarse al festival. Cada país cantaba en su propio idioma hasta que, en 1965, Suecia se presentó con Absent Friend, cambiando así las normas. Se dieron cuenta de la posibilidad de llegar a un mayor número de personas si el título resultaba fácilmente entendible en todos los países. Gracias a la relajación de esta norma, el grupo sueco ABBA pudo ganar en 1973 con Waterloo, alcanzando un éxito que consagraría al grupo como uno de los mejores y más reconocidos mundialmente. Sin embargo, muchos géneros no tuvieron cabida en el festival, como el swing en los sesenta, el punk o la música electrónica en los ochenta, década en la que se optó por las baladas mayormente. 

De este modo, el primer Festival de la Canción de Eurovisión se celebró en Suiza el 24 de mayo de 1956 con la participación de siete países (Alemania Occidental, Suiza, Francia, Luxemburgo, Italia, Bélgica y Países Bajos). Sin embargo, poco a poco se fueron uniendo cada vez más participantes, lo que propició la creación de normas más estrictas pero, también, una gran influencia fuera de Europa. España se unió en 1961 con la canción Estando contigo interpretada por Conchita Bautista. Cada país seleccionaba a su candidato de diversas maneras, aquí la selección se llevaba a cabo mediante un programa de televisión.

A comienzos de los años noventa se pone fin a la Guerra Fría. Yugoslavia se desintegra en 1992 y Europa absorbe Intervisión en 1993. Todo esto propició un aumento de los participantes en el Festival procedentes del Bloque del Este europeo. Azerbaiyán y San Marino se unieron en el año 2008. Con la admisión de Azerbaiyán quedó claro que no hacía falta pertenecer geográficamente al continente europeo para participar en el Festival, como será el caso también de Israel, Chipre, Armenia y Georgia. El último país en unirse fue Australia en 2015.

En 1997 se quiso modernizar el Festival y, para ello, se decidió suprimir a la orquesta con una norma donde se detallaba que ningún instrumento que apareciese en escena podía ser tocado en directo, sino figurar como mero atrezzo. La parte instrumental sonaría en playback, excepto las voces de los cantantes y el coro si lo hubiese. Las canciones tampoco podrían sobrepasar los tres minutos de duración, aunque algunas se exceden por escasos segundos. 

El Festival de la Canción de Eurovisión es el programa de televisión con más antigüedad y en activo que existe, ganando en 2015 un premio Guinness por ello. Únicamente fue cancelado en 2020 debido a la situación de riesgo generada por la pandemia de la Covid-19.

El primer éxito de España en el Festival llegó con Massiel y su La la la, compuesta por los integrantes del Dúo Dinámico. La canción inicialmente era para Serrat, quien decidió no cantarla si no podía hacerlo en catalán. Así, gracias a los seis puntos de Alemania, España alcanzó la victoria en 1968, un triunfo difícil pues también se presentaba Cliff Richard con la famosa canción Congratulations. Para la España franquista de la época, acostumbrada al rechazo durante largos años, esta victoria fue enormemente celebrada, pues también significaba la aceptación europea de nuestro país. 

Si bien es cierto que, hasta la doble participación de Raphael en 1966 y 1967, España no había quedado en muy buen puesto años anteriores. Raphael llevó canciones que no eran realmente las adecuadas para ganar el Festival, donde el gusto era muy europeo y La la la cumplía plenamente con las características idóneas. De hecho, los arreglos del tema fueron realizados por Bert Kaempfert, compositor y colaborador habitual de Frank Sinatra

Voy a quedarme no solo es la canción que nos representará este año en el Festival, sino que también es el single oficial del próximo disco de su intérprete, Blas Cantó: Memoria. Para Blas, Voy a quedarme es una canción muy real, auténtica y esperanzadora. Fue elegida por el público, con un 58% de los votos,  en el programa Destino Eurovisión, que se realizó el pasado sábado 20 de febrero, compitiendo con la homónima de su disco, Memoria. La canción que nos iba a representar el año pasado, Universo, por normas del Festival no podía volver a presentarse. Sin embargo, Blas afirma que también quería llevar un tema nuevo a Eurovisión. Si bien es cierto que Universo sorprendió mucho en Europa, habrá que esperar para ver si con esta balada también conseguimos llegar a la mayor parte del público posible, para quienes Blas tiene una gran voz. Pese a su carácter lento, Voy a quedarme tiene bastante presencia musical como para interpretarse de forma efectista en el gran escenario de Rotterdam, algo que en Eurovisión es muy valorado.

Tal y como explica Blas, Voy a quedarme nació durante el confinamiento, en uno de los peores momentos personales que el cantante estaba atravesando. Admite que, al principio, fue difícil grabarla por todo el sentimiento y verdad que hay puestos en ella. La canción cuenta con un elenco bastante conocido pues Ricky Furiati y Leroy Sánchez también figuran como compositores. Alba Gil, quien participó en la final de Eurojunior con María Isabel en 2004, será quien cante en los coros este año con Blas en Rotterdam.

Voy a quedarme está compuesta en la tonalidad de Eb. La armonía durante toda la canción es bastante sencilla (con un estribillo IV-V-I básico) tal y como se lleva estilando en las canciones que se presentan al Festival. La complejidad no suele gustar al público habitual. 

La estructura de la canción consta de una breve introducción que da paso a la estrofa, seguida de un puente tras el cual se alcanza un primer estribillo. Se repite esta misma secuencia hasta la llegada de un clímax tras el segundo estribillo, que da paso a un último estribillo final. Durante todo este recorrido la canción va evolucionando mediante la suma de elementos. En la introducción encontramos únicamente un piano al que se suma la voz de Blas en la primera estrofa. En el puente ya aparecen unas cuerdas como refuerzo armónico hasta la llegada del estribillo donde, para hacerlo más potente, se introduce un bajo. Tras el estribillo, un efecto da paso a la segunda estrofa donde los violines toman presencia realizando una melodía paralela a la principal. Todo ello continúa hasta el segundo estribillo donde se suma un coro. Esta masa musical llega a su clímax donde Blas también canta las notas más agudas de la canción, sacando a relucir sus capacidades vocales. Ya en el final, Blas termina a capella con un solo acorde en el piano. 

Sin embargo, la canción que escuchamos en el videoclip es diferente a la que se nos mostró en Destino Eurovisión, donde Blas comienza en la estrofa a capella y su voz en el segundo estribillo es doblada por el coro, así como en el clímax. 

El backup de la canción se termina en Eurovisión, donde se realiza la mezcla. Esta grabación será la que, en caso de no poder actuar debido a la COVID-19, se muestre en televisión. En ella, Blas y su equipo cambiarán y ajustarán algunos parámetros, siempre tratando de no perder el significado que se quiere transmitir. 

La puesta en escena será decisiva, este año no habrá un público con banderas que pueda tapar el escenario como años atrás lleva sucediendo, lo que puede ser favorable a la hora de realizar más efectos visuales. 

Blas es un artista muy perfeccionista en su trabajo. Se implica en todas las fases del proyecto creativo para tratar de plasmar en sus canciones aquello que lleva dentro. Por culpa de la COVID-19 se ha convertido en el artista que más tiempo ha sido representante de España en Eurovisión, algo que le genera una gran responsabilidad. Afirma también que los haters, lejos de molestarle, le ayudan a ser más creativo y mejorar en su trabajo, adoptando ciertas ideas que estos le aportan. 

Se está trabajando también en una versión en inglés más acústica y larga de Voy a quedarme, tal y como fue compuesta al principio. Esta versión tendrá el nombre de I’ll stay. Blas afirma que se siente más relajado cantando en este idioma. Otra versión que está en camino también es la francesa, algo de lo que el cantante tiene muchas ganas. 

Para la realización del videoclip fue indispensable que todos los integrantes del equipo se realizasen por seguridad unas PCR. Es muy importante extremar las precauciones no solo por la propia seguridad, si no porque un positivo por Coronavirus podría suponer no ir al Festival. La puesta en escena a lo largo del videoclip es sencilla, donde vemos a Blas en una casa que representa la de su infancia, en la que recuerda todos los buenos momentos que allí pasó con su abuela, siguiendo la narrativa de la canción. 

Este año la final sucederá el 22 de mayo en Rotterdam, Francia, a la que España siempre pasa por formar parte del Big Five de países que no necesitan ser elegidos en una semifinal, entre los que también se encuentran Alemania, Francia, Italia y Reino Unido. 

Según la cantante y amiga de Blas Cantó, Beatriz Luengo, es indispensable que a Eurovisión vayan artistas con largas carreras, para poder controlar el miedo escénico. Blas también cuenta con el apoyo de Pastora Soler (representante de España en Eurovisión 2012) quien afirma que Cantó es la persona perfecta para representarnos este año en Rotterdam. Blas ya tiene bastante experiencia en estos ámbitos, quedando segundo en la selección del representante de Eurovisión Junior (2004), en la que ganó María Isabel. Posteriormente en el año 2011 se volvió a presentar a la selección de representante con su grupo de entonces, Auryn, volviendo a quedar en un segundo puesto. Este año, por fin, ha conseguido ser nuestro representante y, aunque siente cierta presión, también sabe que disfrutará de la experiencia. 

Voy a quedarme está sonando ya prácticamente por todo el mundo y aquí, en España, Los 40 Principales mantienen su función de prescriptores que tanto tiempo llevan realizando, haciendo sonar la canción todas las semanas hasta el día del festival. 

Si bien es cierto que Eurovisión, y el mundo de la música en general, ha perdido la esencia de lo que fue, tendremos que conservar las esperanzas de que este año España quede en un buen puesto. Aunque, tal y como dijeron los integrantes del Dúo Dinámico en una ocasión: “Eurovisión ha dejado de ser un festival de canciones para convertirse en un espectáculo de luz, colores y fuegos artificiales donde la canción es casi lo de menos.”

Por Marta Iglesias

Musicóloga y cantante. Correo electrónico: martaibx@gmail.com Instagram: @martaibx Twitter: @MartabrocOli

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