El Barcelona derrota al Betis en su propio coliseo y se lleva 3 importantísimos puntos que obligan al Real Madrid a ganar su respectivo partido aplazado frente al Valencia.
Llegaba entusiasmado el Barça a su partido aplazado por la Supercopa de España que le enfrentaba a un siempre difícil Real Betis, situado muy cerca de los puestos Champions. Con 5 puntos de diferencia sobre su principal perseguidor, el Real Madrid, el equipo catalán estaba frente a una oportunidad inmejorable de seguir presionando a los de Ancelotti. Y así ha sido.
El Barcelona ha cerrado los primeros 19 partidos de liga con un encuentro en el que ha expuesto todo su poderío, tanto defensivo como ofensivo. Los de Xavi Hernández ya han cerrado una primera vuelta sensacional que les sitúa como líderes en solitario y coloca a 8 puntos del Real Madrid a falta de que el conjunto madridista dispute en el Santiago Bernabéu su respectivo partido aplazado de la jornada 17 que le medirá al Valencia, ya sin Gennaro Gattuso en el banquillo.
El partido, marcado por un arbitraje polémico en el que la afición bética del Villamarín reclamaba más faltas y amarillas a jugadores blaugranas; y unos últimos minutos de tensión y sufrimiento para los culés, ha sido una oda al fútbol por parte de ambos conjuntos, quienes han hecho gala de su calidad y competitividad, digna de dos equipos de la parte alta de la tabla. De hecho, ya desde que los jugadores cruzaron el túnel de vestuarios para salir al campo y la afición verdiblanca entonó entusiasmada su himno, todos los espectadores pudieron apreciar la magnitud del choque que, sin duda alguna, terminó por no decepcionar a nadie.
El entretenido empate a 0 de la primera parte
Hay quienes afirman que no hay nada más aburrido en este mundo que ver un partido de fútbol en el que no abundan los goles. Pero, seguramente, se equivocan, pues un empate a 0 suele ser sinónimo de que ambos equipos están intercambiando ocasiones constantemente y de que ninguno de los dos piensa levantar el pie del acelerador hasta conseguir, o bien el tan ansiado tanto, o bien escuchar el pitido final del colegiado. Algo similar sucedió en los primeros 45 minutos en el fortín verdiblanco.
El Barcelona, que no pensó ni por asomo en reservar un solo titular en el banquillo y alineó a todas sus estrellas, comenzó dominando con maestría y clase el encuentro. Mediante el famoso juego de posesión, marca de la casa culé, el conjunto blaugrana acorraló al Real Betis durante los primeros 20 minutos.
Pedri, ayudado por un férreo Busquets y un hábil Frenkie De Jong, fue el eje conductor del medio campo que, omnipresente, generaba más peligro intentando filtrar pases entre las líneas defensivas del conjunto sevillano. Lewandowski, por su parte, no se centró solo en ser un ariete goleador, sino que también participó parcialmente de la creación de juego, ayudando con las triangulaciones, especialmente a la banda de Raphinha y Koundé sobre la que solía caer Pedri en más ocasiones.
Gavi, que cuajó en la banda izquierda un partido algo más flojo de lo que nos tiene acostumbrados, fue ayudado por un animalesco Alejandro Baldé, quien fue meritoriamente premiado MVP de la noche.
A partir del minuto 20, Pellegrini dio con la tecla que hizo mejorar a los suyos. Con un contundente Carvalho y un trabajador Guido Rodríguez, el Betis consiguió sobrepasar la línea de medio campo. Aitor Ruibal, quien recorrió la banda derecha de arriba abajo mil veces, firmó un partido sensacional, siendo la pieza clave que condujo el juego hacia la línea ofensiva de 3, característica del 4-2-3-1 que empleó el entrenador verdiblanco en casi todas las fases del encuentro. Así, el balón puedo estar en las botas del arquitecto Canales, un Fekir mágico y un Luiz Henrique imperial.
Sin embargo, Borja Iglesias estuvo algo más descolocado, desorientado y desacertado que sus compañeros, así que no tuvo muchas ocasiones de recibir pases claros de gol; menos aún con la gran actuación defensiva que firmó la pareja de centrales culé conformada por unos Araújo y Christensen que actuaron cuál muro impenetrable.
Así pues, el segundo tramo de la primera mitad del partido fue un intercambio continuo de golpes entre blaugranas y verdiblancos. Por ejemplo, en esas ocasiones consecutivas en las que Koundé taponaba un chut de Canales para que justo después Raphinha anotara a pase de Frenkie De Jong un tanto que fue anulado por fuera de juego. El partido estaba cerca de romperse y lo haría definitivamente en su segunda parte.
Una segunda parte frenética con susto final para Xavi y los suyos
La segunda mitad del encuentro empezó tal y como la primera había terminado. Cada vez las ocasiones eran más claras y parecía que era cuestión de tiempo que un primer gol subiese al electrónico. Y, claro, el primero en marcar en estos casos siempre tiene más posibilidades de llevarse los tres puntos a casa al desestabilizar emocionalmente a su rival. Lo hizo el Barcelona.
El primer golpe lo asestó el equipo azulgrana. El Real Betis se desconectó durante un instante y lo acabó pagando caro. Mientras, los de Pellegrini protestaban una falta; Frenkie De Jong, que estaba cuajando en enorme encuentro, sacó rápidamente hacia un inteligente Baldé que asistió a Raphinha en boca de gol.
A partir de ahí el Barcelona fue mejor otra vez, opacando al Betis, que no se supo reponer tras el gol culé. Y el segundo tanto llegó en el minuto 80, cerca del final. Un saque de esquina botado por Pedri fue prolongado por Ronald Araújo, quien terminó asistiendo a Robert Lewandowski para, aparentemente, asegurar el triunfo. No fue así.
Ante un Betis en coma, que atacaba, pero ya sin peligro alguno, un despiste de Jules Koundé, quien no cuajó precisamente el mejor partido de su carrera, daba alas al Betis con un gol en propia puerta que se celebró como propio en las gradas verdiblancas. Pero, finalmente, el Betis, pese a que tuvo alguna ocasión tras la vida extra otorgada por Koundé, no supo aprovechar el regalo caído del mismo cielo, así que el Villamarín no pudo cantar el empate.
La pelota está ahora en el tejado del Real Madrid, o sea, en el Santiago Bernabéu. Cualquier otro resultado que no sea la victoria alejará al Madrid de la pelea por la liga e incrementará la distancia entre merengues y blaugranas.