Cuando miramos al cielo vemos muchas nubes diferentes, con formas distintivas, pero lo que no sabemos son sus nombres, de qué están formadas o qué nos anuncian a corto plazo. Cada una tiene un significado distinto y se encuentran en diferentes alturas.
El aire contiene vapor de agua que, cuando se enfría lo suficiente, se condensa formando las nubes. Casi todas las nubes se encuentran en la troposfera, que es la capa que se encuentra debajo de la tropopausa.
Las nubes están distribuidas en tres capas, las que están en la capa más baja se encuentran a menos de 2 km del suelo y sus nombres no llevan prefijo. La siguiente capa llega hasta los 5 km de altura y los nombres de las nubes que contienen llevan el prefijo “alto”. En la capa más alta, están por encima de los 5 km de altura y están formadas por cristales de hielo y llevan el prefijo “cirr”. Por último encontramos las nubes que se desarrollan en más de una capa.

Entre las nubes de más baja altitud nos encontramos con tres tipos diferentes: cúmulus, con un aspecto algodonoso; stratus, no tienen ninguna característica distintiva, pero suelen cubrir todo el cielo; y, stratocumulus, una mezcla de las dos anteriores.
La siguiente capa de nubes o nubes medias están divididas en dos clases. Por un lado, se encuentran las denominadas altocúmulos que se tratan de nubes de banda delgada o capas de nubes blancas y/o grises, se presentan con una sombra y están compuestas de losetas, masas redondeadas, rodillos, etc. Este tipo de nubes aparece unido a un refrán que dice: “Cielo aborregado, el suelo antes de tres días estará mojado”. Por otro lado, nos encontramos con los altostratus que se tratan de stratus más altos.
En la última capa de nubes nos encontramos con tres tipos: Cirrus, son nubes finas y delgadas; Cirrostratus, delgadas capas de cristales de hielos que suelen formar un halo alrededor del sol o de la luna; y Cirrocumulus, una versión de más altura que los altocumulus, debido a su altitud, por encima de los 5 km, están formadas por cristales de hielo.
Finalmente, nos encontramos con las nubes que se extienden por más de una capa, las cuales suelen producir precipitaciones. Existen dos diferentes: los nimbostratus, un cielo cubierto que puede dejar lluvias persistentes; y los cumulonimbus, esas nubes que forman altas torres y producen lluvias de tormenta.