Amaral emociona al Wizink Center con una espera de casi dos años, una noche mágica en la que no faltaron a la cita sus míticos temas.
Este concierto suponía la penúltima parada de su gira Salto al Color. Tras tres aplazamientos y 608 días después de la fecha original, Amaral se subía al escenario del Wizink, en un concierto multitudinario que nos hacía recordar tiempos pasados.
La noche empezó con Señales, tema que pertenece a su último disco, que da nombre al tour. El Wizink se llenó de una energía increíble cuando empezaron a sonar los primeros acordes de El universo sobre mí seguida de Marta, Guille, Sebas y los demás, himnos de toda una generación, que animaban al público a bailar y cantar junto a ellos.
Hoy es el principio del final, Bien alta la mirada, Lo que nos mantiene unidos y Lluvia, fueron las siguientes canciones en sonar. Eva sin apenas poder contener la emoción quiso agradecer a todos los allí presentes la larga espera: “Gracias porque con el primer aplazamiento muy poquitos de vosotros devolvisteis las entradas y eso, en un momento tan complicado, fue un gesto de cariño que supuso mucho para nosotros” y dedicó el siguiente tema a los fans: Como hablar.
Lucía Ruibal se subía al escenario cuando Amaral presentó Soledad con una puesta en escena excepcional, la bailarina impresionaba a los asistentes con su arte y movimiento. Eva confesaba, entre lágrimas, que llevaba toda la noche intentando contener el llanto y volvía a agradecer al público poder dedicarse a la profesión más bonita del mundo, crear música.
Después de ese emotivo momento, el Wizink se llenó de colores y Ruido con los clásicos del grupo: Moriría por vos, Cuando suba la marea, Juguetes rotos y Días de verano.

Las dos siguientes canciones hacían referencia a la gran cantidad de asistentes, “para todos vosotros que sois un mar de gente”, Mares igual que tú y Entre la multitud. Este último llenó, el antiguo Palacio de los deportes, de luces, creando un ambiente mágico: “Aunque la canción dice que no nos volveremos a encontrar, hoy nos encontramos y ¡Entre la multitud!”.
Tras un cambio de vestuario Amaral volvía al escenario con más fuerza si cabe, para ahuyentar la soledad con Kamikaze, Hacia lo salvaje o Sin ti no soy nada.
Y la magia de la vida, quiso que Tomás, el pianista, tuviera que marcharse, cuando se enteró de que su mujer se había puesto de parto. “Se ha ido literalmente corriendo” anunciaba Amaral mientras daba paso a una canción muy adecuada para el momento: Salir corriendo.
Como despedida, Eva leyó una gigantesca hoja, con todos los nombres de las personas que habían hecho posible este reencuentro y cantaba el último tema del concierto, Peces de colores.
Una noche única donde los mosaicos de colores, la escenografía y los cristales plateados fueron los protagonistas. Amaral enloquecía al público con una energía electrizante en un esperadísimo concierto, donde se disfrutaron los mejores éxitos de la banda.