En medio de una guerra familiar, se cumplen 15 años de la muerte de la mejor voz de la música española en los últimos tiempos.

Un 18 de septiembre del 1946 en la calle larga número 115 de Chipiona (Cádiz) nacía otra andaluza más, María del Rocío Trinidad Mohedano Jurado, lo que nadie sabia es que sería “La más grande” de la música.

Pertenecía a una familia de clase media, hija de Fernando, un zapatero y “cantaor” flamenco en sus ratos libres y su madre Rosario, ama de casa y cantante aficionada a la música española. Tenía dos hermanos más, Amador y Gloria.

Era más que evidente que la pasión por la música le vino de sangre por sus padres, a los ocho años hizo su primera presentación en público en el colegio La Divina Pastora.

A los quince años un duro golpe tambaleo a la familia Jurado, la muerte de su padre, convirtiéndose así en la responsable de ayudar a la economía familiar junto a su madre, cantando en eventos del entonces, de zapatera, recolectando fruta, etc… una luchadora nata como demostró toda su vida. Aunque no perdía el tiempo y ella seguía presentándose a concursos para conseguir hacer su sueño realidad.

La niña de los premios”, un mote que consiguió ganando todos los concursos a los que se presentaba. En 1958, ganó el primer premio de Radio Sevilla, que consistía en 200 pesetas (Unos 1.200€) una gaseosa y unas medias.

Tras ese concurso, viajó junto a su madre a Madrid para abrirse camino. Allí conoció a La Niña de los Peines y Manolo Caracol, pero su carrera no se alzó hasta conocer a Pastora Imperio.

Rocío, empezó a trabajar de la mano de Pastora Imperio en el tablao “El Duende“, donde tenía que vestir ropa adelantada a su edad para no levantar sospechas de las autoridades, ya que tan solo tenía 14 años. Incluso tuvo que falsificar su DNI diciendo que había nacido en el 1944 en vez de en 1946 para así poder trabajar.

En 1967, La Jurado participó en el certamen de belleza Lady Europa, quedando en segunda posición por delante de la futura actriz Edwige Fenech.

Ya como una artista consolidada, fue la primera en sustituir los típicos trajes de volantes y lunares por preciosos trajes de noche, pero siempre sin olvidar de donde venía.

Rocío empezó su carrera como estrella en los años sesenta y setenta sin dejar aún a día de hoy de ser esa estrella.

Empezó con Curro Jiménez, pero poco a poco fue cosechando éxitos nacionales e internacionales incluso colaborando con grandes artistas como José Luis Rodríguez “El Puma” o Ana Gabriel y como no su eterna amiga Lola Flores.

También fue protagonista del espectáculo Azabache, un musical dedicado a la copla española junto a grandes estrellas como Nati Mistral, Juanita Reina, Imperio Argentina.

Llegó a ser la mejor voz femenina del siglo XX e incluso cantó en la Casa Blanca, siendo presidente Reagan, lo que le otorgó la mejor voz latina en 1998.

En 2004, convocó una rueda de prensa en su casa, anunció que tenia cáncer de páncreas, una enfermedad que ya se había llevado a su madre. Aun así, con ese carácter fuerte que le caracterizaba anuncio que iba a luchar y que nadie podría con ella. En diciembre del 2005, RTVE emitió el especial “Rocío… Siempre” una gala que repasaba todos sus grandes éxitos con estrellas de la música del momento y grandes amigos que había cosechado a lo largo de su vida.

En enero del 2006,ingresó en Houston (Texas), no volvió hasta finales de marzo, donde su apariencia física era completamente distinta a la que estábamos acostumbrados a ver. El Gobierno de España, le entregó ese mismo día la medalla de oro al mérito en el trabajo. El 1 de junio del 2006, de madrugada La Chapinera, La Más Grande, La niña de los Premios, Rocío Jurado, nos dejaba todo su legado artístico realizado hasta el momento convirtiéndose ya en leyenda.

Rocío Jurado, fue una artista grande en todos los sentidos, tenía una gran voz y gran carácter que le permitieron ser una mujer que ante nada se “achicaba” cambio su vestimenta, reivindicaba el amor libre, fue la primera feminista sin pelos en la lengua con todo su talante, otras lo querían ser, pero flaco favor le hacía al movimiento. Fue ella la que dijo porque los hombres si podían tener a otra y no ellas a otro. Rocío Jurado fue de las primeras en ser única, en ser especial, en ser icono… y eso es lo que hace que a día de hoy, muchos sigan siendo fan de ella sin siquiera haberla conocido.

Por desgracia, nadie que lleva su apellido sabe o ha sido capaz de dar el lugar y reconocimiento que se merece un icono musical como ella. Entre peleas por el dinero o la herencia… quince años después, ni museo, ni nada significativo donde se le pueda recordar como es merecido más que un simple mausoleo. Cierto es, que su hija Rocío Carrasco lleva una gira del musical “Que no daría yo” pero incluso ese musical, únicamente se muestra una parte de la vida del artista.

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