La película de Alauda Ruiz de Azúa se alza como Mejor Largometraje de Ficción y suma el premio interpretativo para Patricia López Arnaiz; mientras que la serie creada por Rafael Cobos, Fran Araújo y Alberto Rodríguez se impone en televisión.
Madrid volvió a convertirse en el epicentro del audiovisual español con la celebración de la 31ª edición de los Premios Forqué, una gala que confirmó el excelente momento creativo que atraviesan el cine y las series nacionales. Los domingos, escrita y dirigida por Alauda Ruiz de Azúa, fue la gran triunfadora de la noche al alzarse con el galardón a Mejor Largometraje de Ficción y con el premio a Mejor Interpretación Femenina para Patricia López Arnaiz, siendo el único título en sumar más de un reconocimiento.


La cinta propone una mirada íntima y compleja sobre la reacción de una familia ante la decisión de una de sus hijas de ingresar en un convento de clausura. Al recoger el premio, Ruiz de Azúa definió su película como «una historia que respeta al espectador como un adulto capaz de sacar sus propias conclusiones», reivindicando el cine como un espacio para «reflexionar y debatir, algo que nos hace humanos y menos obedientes». La directora reafirma así su compromiso con un cine que interpela y cuestiona, tras haber sido reconocida el año pasado en los Forqué por la miniserie Querer.
Por su parte, Patricia López Arnaiz —quien ya había recibido este galardón en 2021 por Ane— quiso compartir el reconocimiento con sus compañeras de nominación y con el equipo del filme. «Hemos creado un elenco maravilloso», afirmó, agradeciendo especialmente a Alauda Ruiz de Azúa por «poner luz en las relaciones y en los vínculos, en eso que nos pasa y nos mueve, ese gran misterio que nos importa tanto a todos».
En el ámbito televisivo, Anatomía de un instante se coronó como Mejor Serie de Ficción. La producción de Movistar Plus+, creada por Rafael Cobos, Fran Araújo y Alberto Rodríguez, adapta la novela homónima de Javier Cercas para reconstruir uno de los momentos clave de la historia de España: el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Al recoger el galardón, el productor José Manuel Lorenzo quiso dedicar el premio «a los jóvenes, para que entiendan lo difícil que ha sido conseguir libertades que hoy tenemos y lo importante que es seguir luchando por ellas».

Las categorías interpretativas dejaron también nombres destacados. José Ramón Soroiz fue reconocido con el Forqué a la Mejor Interpretación Masculina por Maspalomas, una película que aborda la identidad sexual en la vejez. Javier Cámara, por su parte, sumó su tercer Forqué al imponerse como Mejor Interpretación Masculina en Series por Yakarta. En el apartado femenino de series, Esperanza Pedreño fue reconocida por su papel en la segunda temporada de Poquita fe, una comedia que explora la rutina y el desencanto de la vida en pareja.
El palmarés se completó con el premio a Mejor Largometraje de Animación para Decorado, de Alberto Vázquez; Mejor Largometraje Documental para Flores para Antonio, el emotivo homenaje dirigido por Isaki Lacuesta y Elena Molina, recogido por Alba Flores, quien agradeció «la valentía de acompañar un proyecto tan íntimo y familiar»; y Mejor Cortometraje Cinematográfico para Ángulo muerto, de Cristian Beteta. El galardón a Mejor Película Latinoamericana del Año recayó en Belén, dirigida por Dolores Fonzi; mientras que El cautivo, la nueva película de Alejandro Amenábar, obtuvo el Premio del Público.
Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con la entrega de la Medalla de Oro de EGEDA a la productora Emma Lustres. «Las historias tienen el poder de hacernos empatizar con quienes son distintos a nosotros», afirmó, reivindicando una industria cultural fuerte y diversa. En un discurso muy personal, recordó a su familia e hijos, asegurando que «esas cartas que me escriben diciendo ‘mi mamá es muy trabajadora’ no hay Óscar que lo iguale».

Celebrado en al Palacio Municipal IFEMA Madrid, los Premios Forqué volvieron a dejar una gala para el recuerdo, marcada por la diversidad temática, la fortaleza creativa y la consolidación del audiovisual español que mira al futuro sin perder su vocación crítica y emocional.