‘Llámame Sinsorga’ es un documental feminista que pone el foco en un problema estructural: el machismo. La obra, dirigida por Marta Gómez y Paula Iglesias, cuenta con las periodistas Irantzu Varela y Andrea Momoito como conductoras de la historia. El largometraje transita entre lo performativo y lo narrativo, captando la atención por su cuidado en los detalles y por sus matices cómicos. ‘Llámame Sinsorga’ plantea una pregunta central: ¿es posible crear una obra integrada únicamente por mujeres?

Sinsorga: dicho de una persona insustancial y de poca formalidad.

La historia se inspira en la creación del centro cultural La Sinsorga, ubicado en el Casco Viejo de Bilbao. El espectador se adentra en este proyecto transgresor, ideado por las periodistas Andrea Momoito e Irantzu Varela. El argumento principal gira en torno a la pregunta anterior, y poco a poco, el público se sumerge en las historias de cada una de las obreras, al tiempo que se siente un mero observador dentro de una burbuja sorora e intimista.

Con este documental, la audiencia recibe un pequeño golpe de realidad: la brecha salarial es todavía abismal. En España, en 2025, casi ocho de cada diez mujeres afiliadas al Régimen General en el sector de la construcción tienen contratos a jornada completa —concretamente el 75,7%—, mientras que el 24,3% trabaja a tiempo parcial.

A pesar de que la mayoría de las mujeres empleadas en la construcción cuenta con contratos indefinidos a jornada completa, ellas representan el 41,1% de los trabajos a tiempo parcial dentro del sector. Además, las afiliadas con contratos parciales han aumentado un 1,8% respecto a 2023, aunque el mayor crecimiento se ha dado en la contratación a jornada completa, que ha subido un 4,3%.

Según los Técnicos de Hacienda (Gestha), en 2023 las mujeres cobraron 1.085 euros menos que los hombres en el sector de la construcción y el inmobiliario.

Todos estos datos —y muchos otros— son solo la punta de un problema estructural y social. El filme muestra que las mujeres quieren trabajar en este campo, pero que, debido a factores como la carga de cuidados, la falta de tiempo para jornadas completas o la necesidad de compaginar varios empleos para llegar a fin de mes, muchas no están dadas de alta o quedan fuera del sistema.

Al mismo tiempo, ellas mismas relatan experiencias traumáticas que, con toda probabilidad, sus compañeros masculinos no sufren. Una de ellas narró cómo un hombre decidió cerrar con llave el piso y dijo: «Hasta que no te tomes un café conmigo, no sales».

Todos estos factores —y muchos más— dificultan que haya mujeres dispuestas a trabajar en el sector.

Llámame Sinsorga consigue poner el foco en ellas sin paternalismos. Todo el equipo detrás del largometraje supo dónde, cuándo y cómo colocar la cámara sin caer en una mirada condescendiente.

El resultado es un viaje inmersivo por una realidad muy invisibilizada y precarizada, a menudo objeto de burla y estigmatizada. Tanto Marta Gómez como Paula Iglesias eligieron con precisión a las personas con las que trabajar para sacar adelante una película que interpreta a todo tipo de públicos.

Se trata de un filme muy cuidado en su narración, música y estética, que se permite el lujo de mezclar elementos performativos con la historia central sin perder nunca su objetivo.

Al igual que durante la reforma del centro cultural La Sinsorga, las directoras también quisieron saber si el documental podía ser grabado únicamente por mujeres. Tanto las protagonistas como las cineastas responden con claridad a esta cuestión dentro del propio filme: ¿es posible hacer una obra solo con mujeres?

Por Fabiana A.A

Holaa! aquí Fabiana, una vasco-latina con ganas de brindarte toda la actualidad cultural. Aspirante a periodista (espero que de las buenas), acepto donaciones jaja y si queréis que escriba sobre algún evento, grupo musical, artista etc todo lo que sea cultura y actualidad escribidme. Mis RRSS: Instagram: @fabita2019 Twitter: FabianaAstridA1

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