Taburete

La banda madrileña estrena ‘En mi cama’, un nuevo sencillo de estilo romántico y rebelde, entre el pop y una balada, que realiza una defensa a ultranza de la sencillez, abraza lo mundano y resalta las cosas importantes de la vida

Taburete es un hombre con barba que siempre lleva la camisa desabrochada, de esos rebeldes y carismáticos que aman la joda y paladean en demasía el alcohol. Que pertenece, además, a ese selecto grupo de últimos románticos que dedican toda una vida a una sola mujer, y a los que todavía les sobra tiempo para dedicarle una o mil canciones o para directamente casarse con ella; como este año ha hecho el propio Guillermo Bárcenas con Loreto Sesma, pues las giras y las lunas de miel no son a veces cosas tan distintas como para ser incompatibles.

Taburete es un grupo que aún mira a los ojos. Te cuenta entre calmados acordes de guitarra que la vida le va bien, que está enamorado y que parece estar «rozando las nubes». Y tú escuchas sus canciones como si te miraras al espejo. Porque también amas a alguien, gozas de familia y amigos y, al final del día, entrecierras los ojos y ansías sentirte realizado, más cerca de esa meta que cada día tratas de cruzar. Es entonces cuando te das cuenta de que el protagonista de En mi cama (o cualquier otro single de Taburete) dista mucho de ser Guillermo Bárcenas o Antón Carreño, pues resulta que en realidad siempre has sido tú.

Restan, en definitiva, pocos grupos o artistas que todavía hagan canciones inválidas para TikTok pero dignas de dedicar a alguien especial. Taburete es uno de ellos, y su nuevo sencillo, En mi cama, es una fehaciente prueba de ello.

En mi cama resulta ser una sorprendente macedonia de emociones, una canción multiusos que se adapta a cualquier situación: a los auriculares durante un paseo, a una ducha tórrida, a una reflexión nocturna acurrucado en la cama o a los altavoces del coche mientras uno recorre la autovía. Una propuesta rebelde que aboga por la cotidianidad y lo mundano. En palabras del propio grupo, «esa sensación de libertad, de disfrutar de los amigos, de la familia y de las cosas realmente importantes de la vida».

Dice Taburete que «el verano se acaba pero lo vivido se nos queda grabado en las retinas. Y os lo dejamos en esta canción, para que la hagáis vuestra». De ahí que el atrevido videoclip de En mi cama se componga casi en su totalidad de pequeños vídeos de la gira Matadero 5, regalando un pequeño hueco a cada fan de la banda que ha acudido a alguno de sus múltiples conciertos este verano.

La letra del single termina por revelar que En mi cama es en realidad una chic balada pop de doble dedicatoria: al amor y a aquellos que les siguen, pese a «ser dos tipos normales, con nuestra singularidad, nuestra historia espacial». Amén de un hercúleo alegato por «llegar al destino» caminando enamorado del proceso.

Podría En mi cama ser una rima de Bécquer, pero como la poesía murió con Juan Ramón Jiménez, lo más apegado a la actualidad es ese pop que te despierta por su letra y no solamente por su notable destreza al combinar aquel do con aquel fa. Y precisamente lo nuevo de Taburete embelesa porque, como Adán y Eva, mana de una costilla; de la costilla de los últimos románticos.

Por Raúl R. Méndez

Sigo creyendo que Jon Nieve debió haberse sentado en el Trono de Hierro. Fan de Hombres G, Taburete y la música pop española en general. Algunos dicen que me asemejo a Peter Parker, aunque juro y perjuro que Nueva York la he recorrido andando. Me enamoré del Atlético de Madrid cuando por primera vez pisé el Vicente Calderón en una gélida tarde de invierno. Y de Rafael Nadal en aquel primer Roland Garros que le vi ganar.