Desde el día 10 de febrero podemos visitar la primera exposición del 2023 del museo vasco ‘Joan Miró. La realidad absoluta. París, 1920–1945’ del artista catalán, que estará disponible hasta la segunda quincena de mayo
La colección se basa en pinturas realizadas durante el transcurso del pintor en la capital francesa, donde se inspiró en la esencia tan mística de la ciudad. Antes de su viaje a París, compone sus pinturas más ‘detallistas’, nombre por el que se conocen sus obras caracterizadas por la gran libertad creativa que el artista encontró en París, en las que se quedaron reflejadas el gran enfoque y delicadeza de su ejecución. Una obra indudablemente a destacar es ‘Interior (La masovera)’ de 1922, que marcó un antes y un después en Miró. En ella, se pueden observar figuras cotidianas que el Miró de hace unos años retrataba constantemente, pero los pies de la mujer reflejan que dejaría de retratar cosas reales, transaccionando a un mundo repleto de sueños y fantasías.
Durante los primeros diez años viviendo en la capital, la improvisación se apodera de Miró. Crea una serie de obras sin lógica narrativa alguna, entre ellas, ‘Paisaje (La liebre)’ en 1927. Son pinturas oníricas y repletas de paisajes, en las que Miró destruye cualquier tipo de continuidad del relato similar a bocetos improvisados, incluso sus cuadros más expresionistas, etapa en la que el pintor abarcó esta característica en la mayoría de sus obras.

Tras finalizar su primera década en París, el artista se convierte en un total expresionista y sus cuadros empiezan a contar con elementos desfigurados de dudosa apariencia. Este cambio podría deberse a la etapa en la que se encontraba el pintor: la Segunda Guerra Mundial —época por la que Miró atravesaba una inquietud angustiosa a consecuencia de la situación política de entonces—.
Su exilio a Normandía debido a la guerra le permitió crear ‘Constelaciones’ entre 1940 y 1941, su última obra antes de crear una serie al abandonar París, en 1945. ‘Constelaciones’ se creó en base a manchar el lienzo sobre el que el pintor dibujaba, y a partir de ahí, formaba figuras de todo tipo, en especial relacionadas con las noches que tanto admiraba.
Los reconocimientos y premios a Joan Miró no se dieron hasta su regreso a Palma de Mallorca, y sus obras son actualmente idolatradas por grandes artistas de hoy en día. Pese a haber creado obras tan extrañamente misteriosas y abstractas, muchas de ellas contaban con un trasfondo que para muchos sirvió como apoyo del independentismo catalán, o para posicionarse en contra de la Dictadura que azotó a tantos artistas provocando numerosos exilios.
La exposición podrá disfrutarse hasta el 28 de mayo de este año, y las entradas al museo están ya disponibles desde la web oficial del Museo Guggenheim y estas contarán con descuentos para estudiantes.